"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


sábado, 23 de abril de 2011

Reformas en el Faro






Hace dos meses aproximadamente comencé una reforma total en el Faro porque sinceramente lo necesitaba. En un primer momento pensé en contratar una cuadrilla que lo hiciera, más por comodidad que por otra cosa. Pronto me di cuenta que no funcionaría y que debía ser yo misma quien cogiera la lija para limpiar las manchas en la pintura de la base, los roces en la madera de la torre y su interior.

Por muchas razones debía limpiar los rincones de recuerdos absurdos y sin valor aparente, las esperanzas que se perdieron en una noche de tormenta, las ilusiones que aún quedaban encima de una mesa que no pegaba en el interior. Teniendo en cuenta que el Faro no dispone de rincones, este trabajo me llevaría más tiempo del deseado.

He revisado la ubicación y mi base de apoyo para comprobar que los cimientos se encontraban en buen estado y así ha sido. Mi equipo de sirena y radio funcionan bien pero había algunas emisoras que ya no utilizaba por lo que directamente las borré de la memoria para sintonizar nuevas.

El fuste necesita pintura y rehacer la marca que me identifica para que me vean de nuevo y no se pierdan. Debo cambiar los peldaños de la escalera de caracol para que la subida sea más fácil y cómoda y dar lustre a la barandilla donde me apoyo en noches de borrasca. Lo más importante es no perderme yo.

El torreón necesita una mano de pintura de cariño y la cámara de mi servicio una remodelación de muebles y espacio. Debo dejar lugar para lo que venga y tirar lo que no necesito. Quiero tener una torre hermosa.

La escalera mayor la dejo como está por su buen estado, al parece es difícil que se llegue a esta parte y la mayoría se queda en mi fuste, no se atreve a subir y descubrir lo que hay arriba.

En cuanto a la cámara de iluminación y la linterna, pues sencillamente la limpiaré con mi mejor tela para que ilumine aún más, la abrillantaré de tal manera que pueda llegar a cualquier marinero perdido, a cualquier barco con dificultades de atracar en puerto seguro. Quizás deba cambiar la óptica, ya lo pensaré mañana.

Finalmente aprovecharé para arreglar el jardín .Plantaré jazmín y alguna dama de noche que harán que mis noches en vela sean oasis de confidencias y me impregne el aroma de un nuevo amanecer en todos los sentidos. Cortaré el césped para poder acostarme sobre su mantón verde y quizás cultive alguna margarita para pasar el tiempo entre un sí y un no. Claro tengo que en la entrada van gardenias.

Creo que quedará muy bien esta reforma, estoy convencida que la luz de mi linterna será la que más brille. Aunque ahora mismo lo único que escucho sea el ruido ensordecedor de toda la maquinaria que necesito para realizarlo. Tiempo al tiempo.