Hay que ver como esto de la edad influye en tu manera de
ser y en tus actos. Me decían que las mujeres tienen una crisis a los 40 y mira
tú por donde está siendo una de mis mejores épocas. Relajada, feliz y mucho más
asentada. Serena en mis pensamientos y mis actos.
Se acabó aquello de
pensar que se terminaba el mundo porque te dejaban, finalizó el periodo
de “morir de amor” porque no es verdad aunque vuelvan a dejarme o a dejarlo. La
vida sigue siendo una serie de hechos que ocurren por algo.
¿Qué me dejas? Adiós muy buenas; mi tiempo de “luto” y a
seguir viviendo.
¿Qué piensas que te miento y no te dignas a preguntarme?
Te regalo esa opinión porque ha sido más fácil hacer caso de habladurías y no
me compensa desmentirla. Mis amigos no
me piden explicaciones.
Demostrado me queda que cada vez que intentas hacerlo
bien, sale del revés. Es demasiado evidente que por no hacer daño abres más la herida y tus remedios no sirven
sino para agudizar el tormento. O casi.
¿No te gusta mi forma de pensar? Bien, es agradable saber que tienes distinta manera de ver las cosas. Quizás podemos
enriquecernos mutuamente.
Antes salía pitando a buscarte para hablar con los cuernos
revueltos. Ahora no tengo cuernos y me quedo sentada fumando un cigarro. Las
cosas se ponen en su lugar, las personas ocuparán el sitio que les pertenece sin hacer yo nada. Así es la
vida.
La Tierra sigue dando vueltas y estoy segura que nos encontraremos algún día.
Habrá que ver dónde estáis vosotros y donde me encuentro yo en ese instante.
Será divertido, como poco. Lo descubriremos.
Mira tú que llega el buen tiempo y a disfrutar toca de
la luz que entra en mi casa y en mi vida. Definitivamente estoy madurando. Y mucho que me alegro oiga , por lo bien que me sienta.