"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


domingo, 9 de mayo de 2010

Contando compases




Esta noche estoy escuchando a Marcello y me pregunto, (siempre la misma pregunta), cuando es el momento, cuál es el preciso momento en que entras a tocar. Creo que mientras más me explicas, menos me entero.

No sé muy bien como es eso de ir contando compases cuando yo cuento lo que puedo y me cuesta, porque ya se sabe que las matemáticas y yo no congeniamos ni de lejos, eso sí, salvo el uno más uno que esta vez no resulta dos, sino uno bien juntito.

Total, que mientras escucho violines y violas, me dedico a contar para saber cuando leches tiene que entrar el oboe. Y cuando lo hace me quedo sin respiración porque lo hace con tanto ímpetu que me ahogo .Intento tocar con mi boca algo que mi mente sabe a la perfección pero esto va tan rápido que aún no he abierto la boca para meter la caña cuando está acabando el movimiento.

De todos modos sé que cuento algún ritmo, alguna medida, alguna pauta, no sé, algo que no sea número y que se quede en palabra que se me da mejor para que de alguna manera se acerque donde estás. Naufragué en un Re menor mientras te pensaba que se repetía una y otra vez sin que me atreviera a abrir la boca.


Cuando Marcello acabó Vivaldi se metió en mi cabeza con un minueto en Do mayor que me relajó algo más. Comencé de nuevo a contar y en el minuto 1:25 ya tenía varias ovejitas porque de nuevo los compases se me perdieron y me oprimía el pecho de tanto soplar.

Apretaba, apretaba, pero de mi boca no salía ni una sola nota que no fuera un te quiero todo desordenado a la espera que lo descifraras. Joer , que complicado me parece todo esto cuando lo más sencillo es mirarte a los ojos y dejar que hable mi mirada, cuando lo más simple es utilizar la palabra para decirte que te amo mientras tus dedos, que son los que saben, se mueven entre Fa, Re, Allegros, D minor y tantas, tantas notas y tantos movimientos a los que yo me entrego.

Como me cansé de tanto soplar y ya me dolían hasta los mofletes de la cantidad de soplidos para buscar la melodía perfecta, busqué la nana impecable para perderme en nuestros sueños y entregarme a tus brazos porque desde hace tiempo los de Morfeo no surten efecto.

Antes de acostarme esta noche me llevo metido en mi pijama cosido a trocitos de ambas el susurro de tu voz, una canción tarareada, un te quiero que rebota en cada poro de mi piel. Y mientras te escucho, mientras te recuerdo y vivo como la mejor nana posible, sigo componiendo la melodía que me gustaría regalarte para que el día menos pensado logre hacerte sentir lo que tú consigues.

7 comentarios:

  1. Bello, Guardiana, bellísimo, tierno, intenso, dramático, dulce, sensual.
    gracias, otra vez, por compartir lo que tu mente y tu corazón sienten.
    Y qué razón tienes al decir :
    "que complicado me parece todo esto cuando lo más sencillo es mirarte a los ojos y dejar que hable mi mirada"
    Una mirada, a veces, puede más que miles de palabras o miles de notas...y si eso lo puede hacer una mirada, imagina una composición de ellas...
    Un beso,

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  2. Otra preciosa entrada, Guardiana.

    Qué futil resulta intentar racionalizar los sentimientos, buscar incluso las palabras adecuadas. Mejor que hablen nuestros ojos, nuestros gestos, una melodía...

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  3. Gracias a vosotros por acercaros a éste, mi Faro

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  4. Ummmm, perderse en sueños...., que maravilloso!
    Sabes, he sentido curiosidad por el corazón que ha dbujado una sombra entre notas de amor.

    Un abrazo desde el Pirineu.

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  5. Tengo curiosidad por saber que hay en el Pirineu.....gracias por volver a mi Faro

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  6. Sin duda la palabra se te da muy bien, Guardiana.

    Con tu escrito me has hecho sonreír y también emocionarme, muchas gracias.

    Esa voz que te susurra debe ser muy especial… Y quizás esa, tu melodía, hace tiempo que está compuesta, sólo hace falta atreverte a entonarla.

    Saludos

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  7. Gracias anónimo.... yo sigo practicando para entonar, y siempre, siempre, esperando que llegue a esa voz que no sólo me susurra, la que me anima y me enseña.Seguiré cantando aunque no sepa contra compases... quién sabe, quizás me salga esa melodia perfecta... o imperfecta que agrade.

    Un saludo desde el Faro

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