Y llega la Navidad. Y se acaba el año.
Tiempo de pensar en 12 meses que se te han pasado sin
enterarte. La leche, 12 meses, se dice pronto.
Los que me conocen ya saben que yo soy de hacer balance 1
minuto antes de comerme las uvas, una cosa rara, vamos. En esos segundos en los
que todos están preparando las uvas y quitando pepitas y piel yo hago mi
película del año.
Quizás son 2 minutos que se aceleran 30 segundos antes de las
12 de la noche. Film que repito año tras año.
Y este he decidido sentarme a escribir antes de que comience
la sesión. ¿Año bueno? Siendo realistas sí, estoy sentada en el ordenador
frente a la hoja en blanco tomándome una cerveza y escuchando el Réquiem de Mozart,
estoy viva. Es una muy buena señal.
Tengo trabajo, otra cosa es que me guste o no, pero lo
tengo, ese trabajo que se llama “para comer”. Y como, eso sí, lo mejor que
puedo y dándome de vez en cuando un señor homenaje. También es verdad que agradezco
esos momentos a la vida como si fuera mi última cena o comida. Hay que ser así.
Tengo un montón de proyectos que espero se hagan realidad en los próximos
meses y en los que trabajo como hormiga antes de llegar el invierno. Todo se andará
confiando que la primavera los hará
crecer.
Tengo salud, ese dicho que se proclama el día de la lotería (me
adelanto) y salvo esa tos de fumadora cuando me levanto y algunos mareos que
controlo, ando divinamente, gracias vida de nuevo.
Tengo a alguien a mi lado que me ama y a la que amo.
Disfruto con esos momentos de final de día sentadas en el sofá
entrelazando nuestras manos mientras
desgranamos el día y pensamos en el mañana.
Me deleito con cada instante que compartimos por pequeño que
sea y nos divertimos con cada actividad que realizamos.
La familia bien, gracias, creciendo y con esas pequeñas
cosas que son la sal de la vida diaria.
Sí, ya son fechas de luces, buenos deseos, adornos de
Navidad, regalos, villancicos y que todos somos los mejores del mundo.
No, no me quejo, escribiendo estas líneas me doy cuenta que
soy afortunada y que este año se acaba, sí. Pero eso sólo es una anécdota más que sumar a estos días.
Y como es Navidad, aprovecho para felicitaros estas fiestas
y desearos lo mejor, eso sí, no estas fechas, todos los días que quedan de este
año y los 365 que llegan repletos de ilusión y regalos.
¡Feliz Navidad! ¿Feliz 2014!
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