Cuesta esto de aprender a meter mensajes en una botella y lanzarlas desde el faro mientras esperas que lleguen al lugar que pretendes.
Son esas veces en las que intentas pedir ayuda confiando en las mareas que se mueven a su antojo y que pocas veces coinciden con el tuyo.
Supongo que lo aprendí hace tiempo aunque no pueda recordarlo y ayer me dediqué a lanzar algunas con notas en Morse de S.O.S. que es lo único que sé escribir en este extraño lenguaje, tan extraño que son pocas las personas que lo entienden.
Ahora me planteo en cambiar de brújula porque no llegan a la playa deseada y si lo hacen no lo entienden por lo que también tendré que cambiar de idioma.
Deduzco que es una de esas tormentas que azotan mi faro en una noche cualquiera, tan cualquiera que ni siquiera estaba preparada, y mientras las olas se empeñan en golpearte una y otra vez acabas mirando atónita como se instala el frío hasta en el último rincón del lugar dejándote empapada de decepción.
Sin saber cómo la tormenta va cesando y al final una siempre acaba recurriendo al método de toda la vida y lo arregla con tiritas impregnadas de sal de unas cuantas lágrimas invocando para que el tratamiento funcione. No hay mejor medicina que la propia para sanar porque al fin y al cabo eres tú la que tienes que seguir adelante.
No es fácil esto de tratarse con el propio fármaco colocando paños calientes de confianza pero se hace.
Hoy amanece soleado y tranquilo, ya no hay recipientes en la despensa donde poner notitas.
Son esas veces en las que intentas pedir ayuda confiando en las mareas que se mueven a su antojo y que pocas veces coinciden con el tuyo.
Supongo que lo aprendí hace tiempo aunque no pueda recordarlo y ayer me dediqué a lanzar algunas con notas en Morse de S.O.S. que es lo único que sé escribir en este extraño lenguaje, tan extraño que son pocas las personas que lo entienden.
Ahora me planteo en cambiar de brújula porque no llegan a la playa deseada y si lo hacen no lo entienden por lo que también tendré que cambiar de idioma.
Deduzco que es una de esas tormentas que azotan mi faro en una noche cualquiera, tan cualquiera que ni siquiera estaba preparada, y mientras las olas se empeñan en golpearte una y otra vez acabas mirando atónita como se instala el frío hasta en el último rincón del lugar dejándote empapada de decepción.
Sin saber cómo la tormenta va cesando y al final una siempre acaba recurriendo al método de toda la vida y lo arregla con tiritas impregnadas de sal de unas cuantas lágrimas invocando para que el tratamiento funcione. No hay mejor medicina que la propia para sanar porque al fin y al cabo eres tú la que tienes que seguir adelante.
No es fácil esto de tratarse con el propio fármaco colocando paños calientes de confianza pero se hace.
Hoy amanece soleado y tranquilo, ya no hay recipientes en la despensa donde poner notitas.
En mi playa encuentro un frasco con una hoja en blanco donde escribo la palabra ADELANTE y la meto en mi bolsillo. Ésta si llegó a su destino.
Cosas de vivir en un Faro
Cosas de vivir en un Faro
no hay mejor animo que el k una se pueda dar a si misma , es una buen aleccion , aveces estamos tan ahogadas en nuestro lamento que no sabemos comunicarnos con el resto para que sepan nuestro dolor y nos brinden un poco de sosiego .
ResponderEliminarse extraña tantas veces un hombro amigo ... pero que mejor que uno mismo para entendernos y analizar cada uno de nuestros pensamientos ante los problemas.
un saludo enorme , te felicito por este post repleto de sentimiento y conocimiento de que la mejor medicina es una misma .
un besote enorme que hoy te lo has currado muakaaaaaaaaaaa
Bajamar, pleamar, olas estrepitosas y violentas y un poco más tarde, apacibles y serenas. Tal vez no haya que apresurarse a buscar una botella, introducir el mensaje melancólico en ella y dar con el corcho que silencie al mensajero. Tal vez sólo alcance con conocer los ritmos de la Vida.
ResponderEliminar...Un beso Guardiana...
Tienes razón, Guardiana: uno/a es la mejor medicina de sí mismo/a, para capear el temporal a la espera de días más claros.
ResponderEliminarUn abrazo
Mean Mr Mustard
http://atasteofmustard.blogspot.com/
Me ha encantado tu alusión a las tiritas impregnadas de sal y los paños calientes de confianza. Tienes toda la razón, nosotros mismos somos nuestros peores enemigos pero también la mejor de las medicinas. Como he leído en alguna parte, la mejor medicina es la alegría. Creo que esta misma frase también es aplicable a los cosméticos verdad? la alegría nos hace más lindos
ResponderEliminarme gusta la idea de los mensajes en la botella pero casi mejor es un email o una llamada de telefono las botellas muchas veces se pierden por culpa de las mareas aun que suenen a poesia
ResponderEliminarme a gustado mucho tu post un beso y no te pares como bien dices adelante
Hola, un consejo gratuito: no imprimas en negrita en pantalla, cuesta bastante más leerla. Gracias.
ResponderEliminarGracias por el consejo anónimo
ResponderEliminarDeberías escribir un libro (si no lo has hecho ya...)
ResponderEliminarHermoso e interesante blog,me gusta lo que escribes y como lo haces.
ResponderEliminarSaludos.