"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


martes, 13 de abril de 2010

Suspiros por una caricia



Por un beso, por…..


Suspiros por lo que deseas y te falta en algunas ocasiones, suspiros cuando lo tienes, cuando lo deseado está frente a ti y tienes tanto miedo que no sabes si tomar lo que se te da por temor a que se vaya en el mismo instante en que lo recibes.

Suspiros al estar cerca y al alejarte. Gemidos de ausencia, jadeos de presencia que arde. Hoguera de anhelos que abrasan la yema de los dedos dejándolos sin sentido y perdidos sin saber donde ir, donde colocarse, que lugar ocupar en todo tu cuerpo disponible, prohibido a veces.

Soplos de aire que me invaden con tu presencia, aire que renueva cada poro de mi piel y se transforma en yo misma desnudándome de vestiduras y disfraces varios.

Aire, necesito más aire. Me ahogo en cada beso, en cada caricia. Me oprime tu mirada, me aprieta cada contacto, me aprisiona libre de cadenas cada roce consciente o casual. Me atrapas con mapa de salida que tiro sin mirar. No quiero saber el camino de la huida si éste no acaba en tus brazos.

Me libera una simple ojeada de soslayo, un roce casual de tus dedos que ponen en marcha la estación de todas las energías conocidas. Caminito con retorno al punto de origen que son tus labios y vuelta a empezar.

Me pierdo y me encuentro en el mismo momento en que me sorprendes con la palabra precisa, con la mirada concreta, con la caricia certera, con la sonrisa acertada.

Enredo de mimos en el que tengo prohibido escapar por religión marcada a fuego de tu amor y por mi voluntad de no dejarlo escapar. Costuras de mi cuerpo buscando su hilo conductor.

Visión pícara del capítulo siguiente y vuelta a empezar en esta maraña de deseos en la que sólo tú y yo conocemos el punto de partida mientras buscamos el de salida en este viaje de dos. Y más suspiros.