"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


domingo, 23 de diciembre de 2012

¿Otra vez Navidad?





Que sí, que sí, que ya estoy aquí.

Uf, uf ¿que casi no llego? Ya  voy, ya, que quedan días, que me da tiempo. Déjame respirar, déjame sentarme y recuperar el aliento que con tanta prisa una viene ahogada. Vale, vale, que tengo que dejar de fumar.
¿Uno de los propósitos del año nuevo?
 No, es para mediados, no primeros. Me has hecho subir  corriendo al Faro.

Lo tenía en mente pero estos días he estado liada, entre recuerdos y trabajo. Entre deseos y suertes. Ya sabes que eso de sentir viene asociado a mi nombre.
-     -Una copa de vino?
-Si, claro ya estoy más tranquila, me vendrá bien brindar con todos. Oye, gracias por llamarme, así ya lo dejo escrito y dicho.
Llevo varios días pensando en subir aquí y dejarme llevar por todo lo que llevo dentro. Aprovechar y felicitar estas fiestas. Ya estamos de nuevo en Navidad y me gusta hacerlo. Hoy es 23 y este día me trae muchos recuerdos, es un buen día para estar aquí.

-Espera… ¿me pones otra copa de vino?
- Gracias, tu también la tienes vacía, llénala, es  un buen vino y hace una tarde agradable, está anocheciendo. La linterna del Faro está preciosa.

No sé como ocurre pero de nuevo es Navidad. Creo que recuerdas que no me gustan mucho estas fechas.Hace dos días estábamos aquí celebrando San Juan y el verano. Bajamos a la playa   e hicimos una gran hoguera. Supongo que quemé todos los malos deseos, o así lo creí y debió surgir efecto, porque acabando el año no están aquí.

Es curioso como estos días traen tantos recuerdos y regalos.
- Oye, ¿tú crees que tus añoranzas son recordadas por  parte de los otros? Quiero decir, si tú recuerdas algo bonito,  ¿ellos también  se acuerdan? Vale, es una pregunta absurda pero me gustaría saberlo.
-¿Qué le pregunte a ellos?.... Uy no, déjate. Prefiero pensar que sí, porque yo lo hago con mucho cariño. Además, de algunos de ellos no sé nada desde hace tiempo. Una que acaba pensando que molesta y ya no saca palabras por las últimas escuchadas.

-¿Qué vino es este que sabe tan bien y me embriaga?

Ah no, no pongas música que te conozco y siempre tienes una de esas que me llevan al pasado. No te molestes hombre,  es sólo que una canción te puede llevar a revivir algo que ya pasó. ¿Cuántas cosas puede hacerte sentir una canción? 
Miro al sol desapareciendo y escondo mi respuesta.

Pues sí, que es Navidad, que hay que felicitarla, pero, ¿cómo lo hago?. No te lo crees pero soy torpe y tímida. ¿No lo parezco? ¿No doy esa impresión?. No, no llenes mi copa de nuevo, este vino lleva algo que  hace que hable.
Parece mentira, parece que no me conoces, sigo sonrojándome con ciertas cosas y   ante ciertas mujeres  me siento cohibida.

Vale, vale… el sol se ha ido. Pásame una manta, la brisa es húmeda. Déjame hablar y si quieres llena de nuevo la copa.
Un 23 que no se olvida, un verano en Buenos Aires, una cerveza Quilmes en una terraza, un primer beso, una atardecer, una caricia, un segundo beso, Madrid a tus pies, Cádiz deslumbrante, un concierto, una nota, una mañana de domingo, un oboe, una playa. Una canción, un restaurante, una copa. Esa cena que disfruté y  esa que sueño.

365 atardeceres y los mismos amaneceres. Millones de recuerdos, millares de experiencias.
Una isla, un amor. Un sofá y una compañía. Una vida compartida, alguna maldición. Infinitos sueños, muchos de ellos vividos. Un despertador que suena cuando solo hay lobos en la calle, carcajadas y lágrimas.

Incalculables te quiero, amigos pocos y buenos.Un te amo que estremece. Terrazas con mantas de borreguito y música de fondo .Paseos y viajes en metro. Benito sigue vivo y me acompaña. Fin del mundo amando por si acaso y celebrar que aún sigo aquí.
Nuevos proyectos, ilusiones para trabajar, un destino. Una palabra tuya que me desarma, miradas que me enamoran…una vida juntas.

En el horizonte una luz parpadea, una luz de algún barco con destino que  desconozco. Sigo recordando, ya lo sabes, una manía antes que acabe el año. Un repaso a mi año y algunos más atrás. Estoy segura que es el vino que me has dado.

-¿No hay cosas malas?
Debo tener una mente prodigiosa, ja ja ja, se me olvidan. ¿Traiciones? Alguna hay a las que sumo las decepciones, las palabras hirientes que no recuerdo, los gestos que obvio, las gestas que no iban conmigo y deserté. Añado algún pensamiento respecto a mí decepcionante por no preguntarme.Se quedaron con las habladurías. Allá ellos. Arrinconaron mi versión y se la perdieron-Si no me quieren, no me quieren. No merece la pena seguir con ello.


-Eyyyyy, mira, una estrella fugaz surca el cielo. ¿La has visto? Venga, pide rápido un deseo.

-Voy, voy. ¿Un deseo? Muchos!!!. Felices fiestas a todos, que todas las ilusiones se hagan realidad, que los sueños se cumplan y que nazcan más. Que seamos felices…¡dime más, rápido!. Venga, piénsalo que te estoy mirando.

-Oye, ¿queda más vino?

sábado, 20 de octubre de 2012

El poder es mío






Hoy he acudido a unas de esas sesiones de Coaching  divertidas con un sonajero y  una gran variedad de personas en cuanto a profesiones y caracteres.

Esta mañana me he emocionado con un cuentacuentos y he visto como lloraban los que escuchaban y se me ha hinchado el pecho de orgullo y amor.

He gritado que sí podía y he levantado la mano para afirmar cada cosa que preguntaban para bien o para mal. He chocado  la palma de mi mano con quien estaba a mi lado para decirle que sí podía mientras recibía el mismo mensaje.

Me he levantado y he paseado por la sala con los hombros rectos, con el pecho fuera y la mirada segura. He sido la sheriff  compartiendo espacio con muchos más y sin pistolas en la cintura. He piropeado y  han hecho lo propio conmigo. Me han dicho cosas que me han llegado al alma sin conocerme. Descubrieron más de mí que muchas personas que se congratulan de conocerme o que me hayan conocido en algunos capítulos de mi vida.

Me he reído y he sonreído  mientras sentía que la energía se movía y no sólo dentro de mí, toda la sala rebosaba de ella  mientras gritaba a los cuatro vientos: ¿Por qué no?

Sí, seguramente pienses que es una de esas sesiones donde todos estamos locos de entusiasmo, donde se ríe porque todos lo hacen. La locura es contagiosa. Y sí, también yo pienso que me comeré el queso pero no sólo hoy, mañana también e incluso el que viene.
Eso lo pienso yo. Pero también opino  que necesitamos cada vez más que alguien nos recuerde lo que llevamos dentro, el potencial inmenso y maravilloso que nos acompaña y que nos negamos a sacar por miedo. Dime una cosa; ¿por qué no lo haces? ¿Quién te lo impide? ¿Tienes miedo? Yo también, y mucho, qué carajo!

Si quieres a alguien que te anime a hacerlo búscame, si la locura te llena las venas, alégrate. Y  pregúntate  ¿por qué no? Te aseguro que funciona.
No creas que lo aprendí esta mañana, lo práctico a diario. Dime una cosa, ¿sacarás el potencial que llevas dentro?

Lo bueno de todo esto es que no deja de ser una decisión que tomas tú mismo. Una simple decisión…. Y ¿por qué no la tomas?

martes, 18 de septiembre de 2012

Viajar en metro.




Tengo unos días libres y esta vez decidí quedarme en Madrid para hacer gestiones y  trabajar en proyectos nuevos y para ello volví a tomar  el metro por las mañanas.

Para empezar bien mi regreso elegí un lunes de huelga que  no me afectó en demasía y además encontré  un Bibliometro por lo que y me decidí a tomar un libro para rememorar mis tiempos de transporte camino del trabajo. 

Eso sí,  elegí uno de esos   de intriga con muchas páginas  con referencias a la Historia.

Mis viajes en metro son muy distintos a los que la gente acostumbra, y más, a primera hora.
No voy con prisa, siempre salgo antes por si ocurre alguna incidencia. Casi siempre encuentro lugar donde sentarme lo que me permite leer tranquilamente. Eso sí,  hasta que me doy cuenta que me he pasado de estación y regreso de nuevo (una de esas incidencias).

Durante el transbordo  voy “analizando” a la gente que baja en las  escaleras mientras yo las  subo como me enseñó mi profesor de Psicología, Jesús. Un ejercicio para intentar deducir lo que sienten, y cómo lo hacen por la expresión de su cara,  de sus gestos. Se queda en intento, creo.

Me da tiempo a mirar los anuncios de obras de teatro, los estrenos, cursos y demás. Incluso a pararme un minuto si encuentro en una de las esquinas uno de esos músicos que nos alegran el trayecto y al que muy poca gente mira y mucho menos, escucha.. De nuevo intento saber lo que tocan. Otro intento más.

Tomo el segundo tren de mi  corto viaje y abro de nuevo el libro para descubrir que utilizan los datos históricos como le place al autor inventando leyendas que no son. Es lo que pasa con eso de estudiar Historia en mis ratos libres y saber quienes son Enlil y Enky. Por cierto, cuidado con  el dios de las tormentas.

Sin saltarme de nuevo  mi parada definitiva me fijo  en cómo la gente corre por los pasillos mientras intento esquivarlos. Vamos, que parece que hasta le molesta mi actitud de paseante mañanera con intención de disfrutar de cada momento y cada cosa.

Como aún llego a mi cita 25 minutos antes me da tiempo a disfrutar de un café y periódico en una terraza al fresquito.

Sí, definitivamente estoy disfrutando de mis viajes en metro.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Domingos de misa.







Hace años, (y no tantos como se piensa), el domingo era día de misa. Mis padres me ponían la mejor ropa y me enviaban a misa de 12 a la Iglesia del pueblo.

Yo protestaba todo lo que podía al tener ya 15 años pero no me valía nada. Aquello era un pueblo y todos iban a misa de 12 a que te vieran. ¿Qué iban a decir si no te estabas?

Te podías salvar de la misa de 9 del Convento, pero  ¿la del mediodía? .Para nada, primer mandamiento de mi padre.

Así que enfilaba la calle Real a las doce menos cuarto  hasta la iglesia y me sentaba en los bancos de atrás para mujeres, que  hasta eso estaba  bien definido. Más atrás los hombres.

La misma ceremonia siempre: te levantas cuando hay que hacerlo, susurras cuando es necesario, te persignabas sin darte cuenta, haces que rezas mientras te arrodillas, hablas de tus cosas con la amiga, miras como van vestidas las  de al lado, te santiguas (que no es los mismo que persignar), comulgas, das las gracias, te levantas y te vas .

 La hora del  “vermut” en los dos bares del pueblo y a casa a comer. Se acabó el domingo de misa.

Así años y años aprendiendo sin querer todas las fórmulas que se  dicen, incluidas las del sacerdote.

Luego cambiaron sin avisar el Padrenuestro y una, que ya lo tenía grabado en la memoria, se vio incapaz de decir las nuevas palabras. Vamos, que a día de hoy sigo con el de toda la vida.

Hoy la gente se va a pasear al Retiro, al gimnasio,  con la bicicleta e incluso hay algunos que no se levantan antes de la 1.

Hoy es otro de esos domingos en los que seguramente no hagas nada porque mañana vas a trabajar, te tiras en el sofá  y maldices  porque  ya se acabó el fin de semana.

 Hoy es domingo de rito y te aseguro que en mi pueblo, como en muchos otros, hay misa a las 12 y todos van a ir. ¡Feliz domingo!




miércoles, 29 de agosto de 2012

Historia cualquiera de una primera vez.





Ni siquiera sé si fue primera vez o una anterior a miles de estas. Sólo sé que cuando te vi en una calle céntrica de cualquier ciudad que se me ocurra ya te había visto anteriormente. Es más, ya te había tomado de la mano, te había besado sin reparo y me había encontrado en tu mirada.
De nada me valió lo anterior  porque esta primera vez recordada en mi memoria se convirtió en cualquier otra previa a ésta y por lo tanto, cualquier recuerdo se disolvió en la saliva que tragué al verte.

La situación era de lo más normal: cena en casa de amigos comunes y presentación oficial. Me resistí a  esta cita días y días perdidos en el salón de mi casa extraviada  entre internet y búsquedas de mensajes en el teléfono que era el huésped mudo de mi salón las últimas semanas.

Llegué  de las primeras con un par botellas de vino elegido para que se pueda soñar entre copa y mucho más después de dos tras hablar con mis anfitrionas y comentar el menú. María  una excelente cocinera y Marta es la anfitriona perfecta. Tras la bienvenida pertinente ayudo a preparar la mesa mientras me ponen al día de los asistentes. Otra pareja  y una amiga de unos amigos que acaba de llegar a esta ciudad que hoy es mía y que puede ser cualquiera vuestra. Sinceramente me suena a una de esas citas a ciegas con la excusa perfecta para que conozca gente  ella y   para que  me saquen  de  mi casa  tras esa historia mía que intento olvidar.

No espero nada salvo una cena agradable. Dejé las ilusiones en el contestador de mi teléfono  para escucharlas cuando regresa esta noche. De algo tengo que vivir.

A la hora exacta ese timbre con melodía desconocida suena. Agarro mi copa de vino sabiendo que eres tú pero no puedo abrir la puerta pues hoy soy invitada. El corazón sabe que te espero y la mente intenta hacer un puzzle con las siguientes piezas. ¿Me habré olvidado de buscar la pieza que busco?






domingo, 27 de mayo de 2012

Madurando




Hay que ver como esto de la edad influye en tu manera de ser y en tus actos. Me decían que las mujeres tienen una crisis a los 40 y mira tú por donde está siendo una de mis mejores épocas. Relajada, feliz y mucho más asentada. Serena en mis pensamientos y mis actos.

Se acabó aquello de  pensar que se terminaba el mundo porque te dejaban, finalizó el periodo de “morir de amor” porque no es verdad aunque vuelvan a dejarme o a dejarlo. La vida sigue siendo una serie de hechos que ocurren por algo.

¿Qué me dejas? Adiós muy buenas; mi tiempo de “luto” y a seguir viviendo.

¿Qué piensas que te miento y no te dignas a preguntarme? Te regalo esa opinión porque ha sido más fácil hacer caso de habladurías y no me compensa desmentirla. Mis amigos  no me piden explicaciones.

Demostrado me queda que cada vez que intentas hacerlo bien, sale del revés. Es demasiado evidente que por no hacer daño  abres más la herida y tus remedios no sirven sino para agudizar el tormento. O casi.

¿No te gusta mi forma de pensar? Bien,  es agradable saber que tienes distinta  manera de ver las cosas. Quizás podemos enriquecernos mutuamente.

Antes salía pitando a  buscarte para hablar con los cuernos revueltos. Ahora no tengo cuernos y me quedo sentada fumando un cigarro. Las cosas se ponen en su lugar, las personas ocuparán el  sitio  que les pertenece sin hacer yo nada. Así es la vida.

 La Tierra sigue dando vueltas y estoy segura que nos encontraremos algún día. Habrá que ver dónde estáis vosotros y donde me encuentro yo en ese instante. Será divertido, como poco. Lo descubriremos.

Mira tú que llega el buen tiempo y a disfrutar toca de la luz que entra en mi casa y en mi vida. Definitivamente  estoy madurando. Y mucho que me alegro oiga , por lo bien que me sienta.

miércoles, 4 de abril de 2012

Abierto por remodelación




Faro reparado totalmente, las cosas nuevas en su lugar, las que me traen gratos recuerdos colocados en espacios singulares, aquellos de mis viajes a la vista para no olvidarme que hay un gran mundo lejos de mi playa. Y no tan lejos.

He limpiado hasta la última mota de polvo de cada rincón para dejar sitio a nuevas briznas de colores que me traerá la marea. El suelo reluce tanto como la linterna, qué más da ensuciarlo un poco con mis cosas, con mis chismes. He ampliado mi colección de pingüinos.

También he limpiado ventana a ventana y algún ojo de buey que puse en su día para no perder el norte cuando me sumergí en alguna profundidad .Recuperé mi brújula regalada y está encima de la puerta del faro para cuando salgo a pasear. Algunos días la cojo y otros sencillamente se me olvida mientras me pierdo entre olas, mareas, espumas tricolores y arena blanca.

Volví a pintar de blanco sus paredes externas para que se reflejaran esos comentarios dañinos, las conversaciones a escondidas y alguna crítica que no construía nada en mí. Sencillamente este tipo de cosas y otras más, no logran entrar y salen despedidas hacía la sima más recóndita que sé que hay en el mar.

Cambié cortinas, sábanas, toallas y demás enseres por otros nuevos mucho más alegres. Coloqué un espejo para verme bien bonita cada día al levantarme. Acomodé una pizarra en mi cocina donde escribir mis agradecimientos diarios. Modifiqué mi champú y de gel con nuevos aromas y mucha más espuma para poder jugar con ella en la ducha.

Limpié la entrada bien y ahora hay un nuevo felpudo con el mensaje de:” Bienvenido siempre que traigas buenos deseos”, situé un nuevo buzón rojo con topitos azules para recibir mis buenas noticias, los mensajes de aquellos que están a mi lado y me quieren, los que nunca me han dejado.

Para terminar tengo un gran salón donde incorporé una chimenea enorme para acomodar las visitas cómodamente, tres sofás, una mesa para nuestras cenas y muchas flores.

Sí, ahora ya está preparado el Faro y la guardiana ha regresado. Sí, ahora sé que quizás no sea la mejor persona del mundo, pero estoy segura que no soy la peor. ¿Quién se anima a visitarme?