"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


lunes, 11 de noviembre de 2013

Impulsos



Sí, soy de impulsos, de latidos, de prontos.

Ahora limpio los cristales porque me apetece mientras escucho el Réquiem de Mozart en volumen 20  y canto en latín.

Ahora tomo un avión para verte sin avisar porque me mata el deseo.
O alquilo un coche con chófer para enseñarte una de las ciudades que me encantan mientras te explico lo que sé de ella aprendido de los mejores guías oficiales.

Puedo darte un beso en mitad de un concierto rodeada de cientos de personas o lanzarte un te amo  mientras me explicas la teoría de la relatividad totalmente concentrada.
Me atrevo a recorrer 600 kilómetros para verte unas horas y regresar embelesada  viendo el paisaje mientras el recuerdo de ti me abraza.

Cierro un restaurante para cenar juntas porque es la ilusión de tu vida, recito tus poemas preferidos.
Decido escribir un libro esta tarde y empiezo a escribir, te llamo para escuchar tu voz y te cuelgo.
Me pongo a cocinar, una copa de vino blanco y música.
 Canto como si estuviera en el Teatro Real y me escucharan el aforo completo. Sigo bailando como si nadie me viera mientras las persianas están abiertas de par en par.

Reservo la mejor habitación de ese Hotel que te encanta  con una botella del mejor Champagne, unas fresas y un regalo. Una noche que estoy segura aún recuerdas.

Entro en el Museo del Prado para perderme entre mis pintores preferidos, salgo a pasear porque simplemente me apetece. Ordeno mi armario sin avisar para colocar mis ideas.

No me tientes que enseguida me desnudo para estar más cómoda en casa, y sí, te acompaño a esa tienda de juguetes eróticos porque mi vergüenza era verde y se la comió un burro. Quizás tenga suerte y pueda hacerte el amor en una pequeña cabina.

Unas risas seguro que nos hacemos  para coger un taxi urgente a nuestra cama.

Seguramente tendría que pararme y pensar en mi siguiente paso, es probable que algunas veces me equivoque. Sí, es factible todo eso. 

Y lo hago algunas veces. Pero el resto, lo que soy en esencia, sigue siendo un montón de latidos que me llevan, que me impulsan, que en definitiva, definen lo que soy.
 Para bien, o para mal.