"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


martes, 26 de octubre de 2010

Cosas y Casos




Por mucho que lo intento a diario esto de no esperar nada no va conmigo. Vaya, que no lo consigo. Me levanto con la lección aprendida que todo será un regalo y a los 10 minutos me encuentro mirando el móvil por si hay mensaje de buenos días, acudo al ordenador para comprobar si hay sobrecito nuevo que me traiga noticias y no sale nada parpadeando, guiñándome el ojo.
Mierda, me duró 9 minutos la buena intención, quizás ayer fueron ocho.

Como no espero nada voy por la vida sin mochila aparente aunque me pesa la espalda con besos y caricias que están a la espera y se me han pegado como lapas a cada costilla con tu nombre.

También disimulo por la calle cuando mis brazos abiertos esperan tu cuerpo para abrazarlo poniendo en cada extremidad una flor que espero (de nuevo esperando), te agrade en el reencuentro.

Sin darme cuenta paso mi lengua por estos labios huérfanos de besos para humedecerlos pensando que estarás ahí cuando salga por la puerta del trabajo, por la salida del colegio. Tanta humedad hizo que crecieran margaritas que recojo a diario para preguntarle si/no en cada pétalo, deshojando momentos.

La noche de luna me aprisiona en recuerdos sino la veo a tu lado, la noche oscura me asusta si no estás, el día sin tu sonrisa es diferente. La tarde sin tus ojos verdes que sólo yo veo se disipa lentamente.

Me retiro hoy a mi Faro con los calcetines puestos (qué falta de erotismo!) porque los pies fríos no me dejan pensar en vos por mucho que intente frotarlos uno contra otro. Me voy con los labios húmedos, con los brazos abiertos y esa margarita en cada mano, si quieres la cambio por cualquier otra flor. Ojos cerrados sabiendo bien cuál es el camino que me lleva a ti, a tientas , con paso firme.

Sí, nos encontraremos en el pasillo esta noche y caminaremos juntas hacía donde me indiques. Barca en tu mar con el Faro guardándonos con su luz.

Cosas que me pasan y casos que cuento por si acaso ocurren, por si los deseos se cumplen un poquito, porque esta Farolera sigue intentando no esperar mientras se sienta en la playa a concebir nuevos sueños.

De paso me pasaré por tu cama de puntillas otra noche más, puede que una de las margaritas que llevo entre los dedos esta vez me diga SÍ.

martes, 12 de octubre de 2010

Bandoneón sordo





El día amanece gris y triste, presagio de lo que va a ser. Una llamada de no va a ser, otra de comer juntas a la que me apunto por necesidad propia y ajena.
Tú no vienes y yo me evado .Luego surgen las cosas, los momentos, las palabras. Dejo parte de mis penas entre tangos tristes, tangos de lo buenos y una buena carne. Recuerdo Buenos Aires entre el vino de Mendoza y algunos sorbos me duelen.
El taxi pagado me lleva a la Puerta del Sol que hoy sólo tiene el nombre y alivio el dolor con el sabor dulce del ron mientras pruebo suerte en Doña Manolita. Dejo otra parte de mis penas en un irlandés que se perdió en Madrid, Galdós bien habló de esta Fontana y yo intento sacar lo que hay pero hoy se resiste, no podía ser de otra manera..

Llamo a Buenos Aires y la respuesta es escasa, lástima de poliamor al que intento unirme pero sobro por mucho. Sol me espera con un tren de matricula indefinida, con aroma de un perfume que trae recuerdos, con un te quiero y aquí estoy. Con la sensación de sobrar, con la vista en manos que se tocan suspirando por las tuyas que tocan un corno.

Atocha me trae a la realidad, al principio del tren. Intento hacer un crucigrama pero no sale ninguna palabra. A mi derecha una mujer de color intenta dormir con la muerte del loro, y asombrada veo como su cabeza ni siquiera se mueve con los ojos cerrados. La mía se cayó hace tiempo.

Mi cara se queda pegada al cristal, veo mis ojeras, los ojos rojos de no llorar, las arrugas de las risas que he tenido. En San Fernando me quedo al lado del reloj, las 20:45. Me sumerjo en el segundero que pasa de los quince y sigue contando como si fuera el fin del momento. Se cierran las puertas, la mujer de color sigue durmiendo sin agachar la cabeza, el segundero corre como las liebres hasta que lo pierdo de vista, las palabras que no dije me queman y se pierden a los 20 segundos.

Hago llamadas de SOS a Jerez y me cortan, el móvil me avisa que también se cansó de esperarme .Llegada a Alcalá y con mi último suspiro corro para tomar el bus, se acabó la batería del móvil y la mía. La radio me escupe muertos de amor de George Mosutaky y no tengo fuerzas para pegarle un tiro, me quedé sin balas. Me llaman para saber si estoy bien… a la primera miento, a la segundo digo que no lo estoy. Se queda mi pena para otro día, para otro momento, para un mail que nunca llegará, para otro rato que habrá de inventar. Se rompió la oportunidad porque parece que mi pena también sabe esperar. Afortunada soy pues tengo sobresaliente en esto de esperar.

Llamo a mi oasis y me espera, me imagino en el sofá enredada en su abrazo y me enfría la distancia. Pienso que es buena época para visitar la Patagonia, me hielo con el Perito Moreno y prometo ir de nuevo a Argentina. Aún me queman los tangos del mediodía.
Aseguro que iré a Jerez en Noviembre, dejo pendiente Tenerife para Diciembre.

Y acabo la noche aquí en mi Faro, escucho en un rincón del alma y Mº Dolores Pradera rompe lo que queda de mí. Sí, me parece mentira , como bien dice ella, que después de haber querido yo, como he querido , me parece mentira, encontrarme tan sola como me encuentro yo hoy. El segundero avisa, menos de 5 horas para levantarse, me sostiene la certeza que mañana todo esto serán unas palabras escritas en la pared del Faro, un día torcido. La fuerza estará mañana al amanecer, el ánimo también, y quizás un viejo bandoneón toque recordándome quien soy. Buenas noches Farolero y gracias por seguir manteniendo la luz que me ilumina.


PD.Bandoneón, toca otra vez sordo para romperme los tímpanos.