"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


jueves, 25 de julio de 2013

Noches de Julio








No soporto Madrid en Julio. Demasiado calor, demasiada  gente, demasiados turistas y sobre todo  esas noches en las que no hay manera de dormir. Una se cansa de dar vueltas en la cama mientras tu paciencia se ahoga en sudor.

Encontré la mejor manera de  remediarlo saliendo cada noche a las terrazas de moda de la ciudad. Un sistema no demasiado barato pero efectivo al que le cogí cariño desde el principio.

Un buen mojito y ropa fresca hacían las delicias de  los atardeceres mientras deleitaba mis ojos con hermosas mujeres que se paseaban  por las calles de la ciudad, mujeres que también escapaban del horno de su casa para buscar una brisa que recorriera los cuerpos anhelantes  de algo fresco.

Y fue una de esas noches que no recuerdo  cuando esa mujer deseada  pasó delante de mi mesa mirándome  mientras un suave hálito recorría mi espalda.
 No puedo afirmar que fueran sus ojos oscuros,  esa forma de moverse ante mí   o la mirada que me traspasó.
Otro mojito mientras enciendo un pitillo. No entiendo  la causa de mi nerviosismo mientras busco  a esa preciosidad sin resultados. Esto es absurdo, debe ser el calor  de esta maldita noche. 

El camarero intenta ligar conmigo mientras me pone  la copa y eso hace que mi inquietud vaya en aumento. ¡Seré idiota!

Voy a respirar hondo varias veces intentando convencerme que no ha sido verdad,   el bochorno hace que me imagine estas cosas, qué va a ser si no.

Ahora  no me voy a casa, no regreso hasta que sea capaz de respirar normalmente, hasta que se me vaya esa imagen de la  retina y a ser posible hasta que comience a nevar en Madrid  esta noche de  Julio para remediar los calores.

Cierro los ojos y me concentro en la música de Sade  que se desliza entre las mesas. Esto ya  se parece a cualquiera de las otras noches en las que he salido buscando que pasen las horas para ir a descansar. 
Todos mis sentidos  están  en proceso de relajación. Absolutamente todos regresan a su estado hasta que su voz perfora mi entendimiento.

-Claro que está libre la silla, contesté.

-Pidamos 2 mojitos

No recuerdo si nevó esa noche de Julio en Madrid, ni  siquiera la hora que fue. Si me acuerdo perfectamente de cada gesto, cada risa, del camarero enojado.

Aquella noche no pasé calor y tampoco dormí.


Son muchas las noches que te busco y otras tantas que te encuentro. Seguimos visitando terrazas aunque preferimos nuestra cama. 

Que no acabe Julio querido verano.