"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


jueves, 30 de diciembre de 2010

Segundos para pensar en 365 días



Mañana volveré a pensar en lo mismo, a sentir igual modo. Son esos minutos previos a las doce de la noche en que me pongo nerviosa, en los que parece que voy a vivir algo excepcional. Minuto tras minuto en los que cuento mis doce uvas por si alguna se ha esfumado entre mis nuevos deseos o tal vez se ha caído entre los que quiero dejar atrás.


Miro mi pequeño plato ansiosa que no falte nada de lo imprescindible sabiendo que no está completo porque yo no lo estoy. Llegan los cuartos y el corazón se acelera a velocidades poco inusuales mientras me pongo de pie para recibir lo que me toca, lo que espero. Sigo contando mis uvas como si me fuera la vida en ello, como si pensara que de esta no salgo si la docena no se encuentra en mi cuenco.

Luego una tras una voy engullendo mis anhelos mientras renuevo mis empeños , eso sí, cuando llego a la quinta vuelvo al primero porque no se me ocurre más, que una debe ser corta en esto de pedir o quizás sean los nervios de saber que se comienza con todo renovado y la esperanza que esta vez sí será, qué carajo ,que ya me toca.

Tras la campanada-uva doce una se felicita el año con los suyos y reconozco que me miro así como disimuladamente para ver que ha cambiado en mí, porque la cuestión es que ha cambiado el año y eso debe ser una gran noticia.

Me siento como hace una hora y sin mucha parafernalia me voy a la cama cansada de ver lo mismo en una TV aburrida pensando que en la mañana mi mundo habrá cambiado mientras recojo el sueño entre petardos y ruidos varios.

Sí, me pongo bonita por dentro y por fuera, me pongo de pie, bien erguida y me presento ante el nuevo año para decirle: ey, aquí estoy de nuevo, vente a mí con fuerzas renovadas que tengo fortalezas para llevarlo, ven aquí y acurrúcate en mi regazo para que te dejes cuidar y que te cuente todas mis historias, para que relate uno a uno mis proyectos.

Un año más, doce uvas y cientos de pasiones. Segundos, minutos en los que vierto todo ansiosa de recibirlo.

Décimas en las que me doy cuenta que soy yo la que lo gano, la que lo hace funcionar.

Madrugada de Año Nuevo y día de resaca, de afanes madrugadores mientras escuchas el concierto desde Viena.

Un día más en el que no se me olvida felicitaros: Feliz 2011 y que todos vuestros sueños y deseos se vayan presentando cada día del año. Feliz Año nuevo.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Desenredando


Hay tantos nudos ahora mismo en mi vida que tengo la sensación de pasarme los ratos entre nudo y nudo, entre cuerda y cuerda por lo que siento a veces que se me pegan en el cuello y no quieren salir de él. Lo tengo acostumbrado de tantas veces que me he sentido colgada de una esperanza, de una ilusión, de una espera de algo (no se qué) que llega tarde o en su tiempo, que nunca ha llegado o ha venido a partes.

De la misma manera que tengo la marca en el cuello que ya no disimulo, tengo el angelillo que tiene una súper navaja que la corta en el instante justo en que ya no aguanto más.Cosas de tener suerte sin saberlo pero apreciando el detalle una otra vez.

Llueve de nuevo y como siempre ando sin paraguas y sin lugar donde resguardarme.

Me niego a refugiarme en la viga que alguien puso encima mi cabeza sin consultarme esperando que amaine la tormenta perfecta que se ha desencadenado hoy. Soy la mejor de los capitanes conocidos para pasarla por el centro y sanar los daños que ha dejado a su paso. Hoy me han dicho que no sirvo para eso de abrazar y así terminar esa tormenta y ese golpe de mar ha dado en pleno punto de flotación.

Reconozco que caí al fondo porque sabía donde golpear y aún así me recompuse entre lágrimas para destejer un nudo más sabiendo que otro quedaba en la bodega de este barco cansado de tantas batallas.

Confieso que no duermo intentando quitar cada nudo, cada lazo agarrado a las variadas nueces que ya tengo prendidas en verde esperanza en el gaznate mientras escribo en ese trozo de madera mi nombre y mis esperanzas. Admito que tengo los dedos en carne viva por cada intento de quitar esta atadura dejándome la piel en hebras con sabor a culpabilidad que me hacen vomitar palabras envueltas en verdad. Contradicción pura que envuelve la lazada.

Finalmente sale la maga sin trucos, sin mangas y sin lugar donde esconder ases para encontrar detrás de la oreja la llave que abra el candado de tanta cadena que me aprisiona y comienza a subir entre burbujas de auxilio.

Otra especialidad que me apunto mientras sigo desenredando nudos, mientras no pierdo la vista la viga, mientras coso con esa cuerda mi propio camino, mientras con cada hilo tejo mi propia salida.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

En la cárcel y con miedo

Una está con el mono naranja en el corredor de la muerte y aguanta. Y aún así anda con el temor en el cuerpo cuando sabe que lo único que le puede pasar ya lo tiene firmado.

En la cárcel y con miedo dice mi amiga Tere y así andamos pues manda carajo que sabiendo lo que te espera aún vivas con el susto en el cuerpo.

Intento por todos los medios no caer en las trampas de mis carceleros pero vuelvo a incidir una y otra vez para regocijo de unos cuantos. Eso sí, caigo y me vuelvo a levantar mientras reviso mi caricatura en el cartel pegado en mi celda con letras negras enormes de “se busca”.

Sinceramente, he salido favorecida y aún espero que suban mas la recompensa por mis servicios que lo valen. Hay demasiadas pistolas apuntando mi sien mientras camino erguida, hay ansia de tener mi cabeza dentro de un tarro encima de una vitrina a la vista de muchos que lo esperan mientras brindan por mi salud.

Existen varias personas que me ayudan con una sonrisa mientras aguardan con la soga escondida a su espalda. Lástima que continúen buscando una viga donde colgarme porque aún no saben que en mi faro el techo que me cobija sigue siendo estrellas y cielo. Imposible encontrar un puntal donde suspender mis ganas de seguir.

Hay otras que adornan su amparo con palabras bonitas y promesas de libertad que ni siquiera ellos tienen pero me regalan en paquetes envueltos en diversos venenos a los que soy inmune por el momento. No dejéis de probar, seguiré inventando antídoto para todos ellos.

Las hay que disparan al aire pensando que alguna bala perdida me llegará directa en mensajes sublimes que lo único que consiguen es arrancarme una lágrima no furtiva pensando en lo que han debido trabajar para ello y la lástima que me producen.

Los más se amparan en el silencio que les lleva al olvido y se entierran bajo compromisos nunca cumplidos.

Los menos son los que me visitan y alaban lo bien que me queda el mono naranja, los que me traen regalos en forma de sonrisas, de pactos firmados con cervezas a escondidas. Son los que me pintan los barrotes con caracolas de la playa donde habito, los que convierten los sueños en realidades. Los que pasan contrabando con lo que necesito bajo las reja.

Aquellos que firman mi recurso para salir de aquí sabiendo como yo que ese momento llegará pronto y se acabará el miedo.

En la cárcel y con miedo dejará de ser algo que vivo para convertirse en una frase hecha. Y será por sentencia sin duda.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Se ofrece especialista


En volver a empezar. Como residencia un Faro que intenta que sea suyo a veces, otras lo presta a quien lo necesita sin preguntar mientras paseo por la playa que está justo abajo. Arriba se encuentra la luz que por el momento no deja de girar dando luz a mi vida y que en ocasiones sin pretenderlo es la brújula que guía a quien está perdido.


Referencias variadas y precisas. Aprendiz de todo y maestra de nada que es una. Amigos pocos, justitos y buenos de los que puedes llamar a las 3 de la mañana y te contestan al teléfono.

Experiencia comprobada en varias materias, estudiante de psicología desde hace 20 años suspendida por la volatilidad del ser humano que me sigue sorprendiendo añadiendo nuevas asignaturas. Necesito 3 resurrecciones más para acabar esta licenciatura pero estoy conforme. Iniciada en mi propia Historia y la que me rodea, estoy en mi primer año y aprendiendo a estudiarla.


Añado diversidad de cursos entre los que destacan la capacidad de aprender, el trato con la gente, la pasión con la que me entrego, aptitud de liderazgo, entrenadora o coach de una misma y luego con los demás si se dejan, que de eso se trata; formadora de mi misma y si se prestan, los demás.

Apasionada de la vida manejo programas informáticos de distintos colores y maneras, hablo un casi perfecto castellano o español, entiendo inglés y lo hablo, comprendo francés y me las apaño, sé algo de italiano, árabe y japonés. Me defiendo en andaluz y catalán. Frases y palabras que me salvan y me presentan .Experta en ver las caras ó expresiones y analizar, que para esto no hay lengua inventada pero aprendidas están las lecciones.

Por exigencias del guión dejé lo que hacía desde hace 20 años y me puse a probar nuevas cosas que no se me dieron nada mal. Por imposición del mercado me dejaron ir cargada de buenas palabras y deseos en mi bolsillo que no convirtieron en dinero cuando dejé de trabajar.

Aceptable trabajadora nocturna pues tengo más de 1001 historias para contar por si interesan, ampliables según demanda. Versátil a todas horas y situaciones, perito de situaciones impredecibles, técnica diplomática y mediadora, versada como comunicadora. Conocedora del arte de de ayudar a quien lo necesita y neófita en esto de ayudarme a mí misma. Se da mejor recetar jarabes ajenos que aplicárselo a una misma. Reconozco mis defectos pero sigo intentando rectificarlos.

Normas básicas aplicables en mi vida:

-No hay problemas sino pequeñas incidencias.
-No discuto a partir de las 8 de la mañana .
-En mi diccionario no se encuentra la palabra imposible.

Busco donde ejercer cualquiera de mis habilidades o en su defecto, donde ampliarlas o aprender nuevas.

Para contactar conmigo, por favor diríjanse a la luz de mi Faro, allí me encontrarán mientras tenga fuerzas para mantenerla encendida .



jueves, 11 de noviembre de 2010

Te vi



Al principio de la tarde llevabas un abrigo rojo con bufanda blanca y negra anudada a ese cuello que he besado, protegiendo la garganta que me habla, el principio de mi refugio un poco más abajo. También puedo ver que vistes de gris, sin saber cómo casi siempre coincidimos en colores; llevo un polo gris.

Luego te conviertes en diosa del negro con tacones que me atormentan, en pantalones vaporosos que nunca he visto y en los que me pierdo porque no sé dónde comienza el tobillo ya que mis ojos se concentran en el baile que realizan mientras andas. Me fijo en tonterías tales como que cada vez que te sientas te los subes un poco ó la posición de tus piernas. Cada oscilación de tu cuerpo se convierte en un metrónomo que mide el tiempo y la velocidad a la que debería acercarme a ti. Siento envidia de la tela que no reconozco y de tu propia mano que toca tu muslo.

Observo tu escote y cierro los ojos para bajar un poco más, sólo un poco para saciar mi sed. Veo como juegas con la boca, mojas tus labios con la lengua (bendita ella), te entretienes con la caña, la miras, la tocas, la cambias siempre sabiendo el preciso momento para ponerla de nuevo en su lugar, mojarla con tus labios deseados y tocar las notas exactas.

Me pregunto si no soy una de ellas y me tocas justo cuando lo necesito, en el determinado momento en que me siento caña a la que raspas porque está dura. Me salva que siempre acabas por llevarme a tu boca.

Me buscas con tu mirada y me divierte esperar a que me encuentres. Estoy ahí, a tu lado aunque hoy tenga compañía. Te retiras tras muchos aplausos y me quedo fija en el baile de tus pantalones y tus tacones que me atraen poderosamente sin dar más explicaciones.

La imaginación me deja en el rincón que ambas conocemos y me quedo ahí.

Vuelves al gris y al abrigo rojo, te veo en una parada de metro sentada a mi lado y pienso, qué hermosa está!! .No logro decirlo con palabras y me queman de camino a casa .

Acaba la noche con un mensaje de los de antes, de aquellos que hacían saltar mi estómago dando tres saltos mortales con diversas piruetas y alguna lágrima aparece como atrezzo de la situación, que a una siempre le gustó esto del glamour .Sin más estoy feliz, sin excusas de fiebre ni catarros.

Te vi como hacía tiempo que no lo hacía. Vuelve, aún te quiero, vuelve, tengo prisa por besarte, vuelve a casa. Déjame volver a verte aunque sea torpe en esto de dibujar amor. Se me dan mejor las palabras desde el Faro.


Por cierto, al final de la noche no llevabas nada puesto: se me acabó la imaginación...
Nota: La foto pertenece a "los retos digitales".gracias

lunes, 1 de noviembre de 2010

Noche entre brujas



Pasadas las doce de la noche, vela encendida, cigarro en el cenicero consumiéndose, música de Queen por ejemplo. Cenicienta dejó su calabaza en la puerta del Faro y ahora se concentra en un teclado lleno de trucos y tratos.

Meigas y almas pululan alrededor de mi luz intentando taparla, algún sapo se escapa del conjuro de una queimada demasiado quemada sin alcohol que suba a la cabeza.

70º grados de orujo en la noche son demasiados aunque se quemen en un fuego que incita a limpiar cada rincón donde se esconden los fantasmas vestidos de diferentes maneras y que sonríen pensando en el próximo susto que darme.

Soy de las que pasaban por el cementerio de mi pueblo volando en mi bici por las noches al regresar casa, la que ha visto chispas entre tumbas rezando al más allá que nunca he visto. Inventaros otro truco que ese ya me lo sé. Cuidado conmigo, aún no caí aunque de señales de ello.

Por mi Faro pasan unos y otros con mensajes del otro lado del charco, con otras costumbres, pidiendo cosas que ya no tengo, otros con imposibles que piden milagros para el Farolero que lo intenta todo. Sigo siendo aquella que piensa que esta noche salen a la calle aquellos a los que se le invoca: hoy y todas las noches.

Te sigo esperando, fantasma que te empeñas en esconderte como esta madrugada, en figura de calabaza, con tu sonrisa sarcástica y tu cigarrillo en la boca .Hoy no caí por muchos trucos que intentaste, por mucho que te disfrazaras de amiga del alma, de prima traidora, de tahúr con cartas marcadas, de amor lejano en horas de necesidad.

Esta noche me quedé con el mejor truco sin pedirlo, entre tinieblas y esquivando meigas, bruxas y sapos me quedé erguida mirando el mar oscuro esperándote .Hoy sigo siendo el Farolero con mil centellas entre los dedos, hoy continúo escribiendo por mucha tormenta que haya fuera.

Los siento, esta noche me quedé conmigo misma aunque te empeñes en ponerme mil trampas, pese a que busques trescientas estratagemas, a pesar de tus ciento y una artimañas.

Es lo que hay, ven a buscarme otra noche hechizada si te atreves.

Si quieres. Si te dejo .



Nota: Imagen tomada prestada de la página "todohumor".Gracias

martes, 26 de octubre de 2010

Cosas y Casos




Por mucho que lo intento a diario esto de no esperar nada no va conmigo. Vaya, que no lo consigo. Me levanto con la lección aprendida que todo será un regalo y a los 10 minutos me encuentro mirando el móvil por si hay mensaje de buenos días, acudo al ordenador para comprobar si hay sobrecito nuevo que me traiga noticias y no sale nada parpadeando, guiñándome el ojo.
Mierda, me duró 9 minutos la buena intención, quizás ayer fueron ocho.

Como no espero nada voy por la vida sin mochila aparente aunque me pesa la espalda con besos y caricias que están a la espera y se me han pegado como lapas a cada costilla con tu nombre.

También disimulo por la calle cuando mis brazos abiertos esperan tu cuerpo para abrazarlo poniendo en cada extremidad una flor que espero (de nuevo esperando), te agrade en el reencuentro.

Sin darme cuenta paso mi lengua por estos labios huérfanos de besos para humedecerlos pensando que estarás ahí cuando salga por la puerta del trabajo, por la salida del colegio. Tanta humedad hizo que crecieran margaritas que recojo a diario para preguntarle si/no en cada pétalo, deshojando momentos.

La noche de luna me aprisiona en recuerdos sino la veo a tu lado, la noche oscura me asusta si no estás, el día sin tu sonrisa es diferente. La tarde sin tus ojos verdes que sólo yo veo se disipa lentamente.

Me retiro hoy a mi Faro con los calcetines puestos (qué falta de erotismo!) porque los pies fríos no me dejan pensar en vos por mucho que intente frotarlos uno contra otro. Me voy con los labios húmedos, con los brazos abiertos y esa margarita en cada mano, si quieres la cambio por cualquier otra flor. Ojos cerrados sabiendo bien cuál es el camino que me lleva a ti, a tientas , con paso firme.

Sí, nos encontraremos en el pasillo esta noche y caminaremos juntas hacía donde me indiques. Barca en tu mar con el Faro guardándonos con su luz.

Cosas que me pasan y casos que cuento por si acaso ocurren, por si los deseos se cumplen un poquito, porque esta Farolera sigue intentando no esperar mientras se sienta en la playa a concebir nuevos sueños.

De paso me pasaré por tu cama de puntillas otra noche más, puede que una de las margaritas que llevo entre los dedos esta vez me diga SÍ.

martes, 12 de octubre de 2010

Bandoneón sordo





El día amanece gris y triste, presagio de lo que va a ser. Una llamada de no va a ser, otra de comer juntas a la que me apunto por necesidad propia y ajena.
Tú no vienes y yo me evado .Luego surgen las cosas, los momentos, las palabras. Dejo parte de mis penas entre tangos tristes, tangos de lo buenos y una buena carne. Recuerdo Buenos Aires entre el vino de Mendoza y algunos sorbos me duelen.
El taxi pagado me lleva a la Puerta del Sol que hoy sólo tiene el nombre y alivio el dolor con el sabor dulce del ron mientras pruebo suerte en Doña Manolita. Dejo otra parte de mis penas en un irlandés que se perdió en Madrid, Galdós bien habló de esta Fontana y yo intento sacar lo que hay pero hoy se resiste, no podía ser de otra manera..

Llamo a Buenos Aires y la respuesta es escasa, lástima de poliamor al que intento unirme pero sobro por mucho. Sol me espera con un tren de matricula indefinida, con aroma de un perfume que trae recuerdos, con un te quiero y aquí estoy. Con la sensación de sobrar, con la vista en manos que se tocan suspirando por las tuyas que tocan un corno.

Atocha me trae a la realidad, al principio del tren. Intento hacer un crucigrama pero no sale ninguna palabra. A mi derecha una mujer de color intenta dormir con la muerte del loro, y asombrada veo como su cabeza ni siquiera se mueve con los ojos cerrados. La mía se cayó hace tiempo.

Mi cara se queda pegada al cristal, veo mis ojeras, los ojos rojos de no llorar, las arrugas de las risas que he tenido. En San Fernando me quedo al lado del reloj, las 20:45. Me sumerjo en el segundero que pasa de los quince y sigue contando como si fuera el fin del momento. Se cierran las puertas, la mujer de color sigue durmiendo sin agachar la cabeza, el segundero corre como las liebres hasta que lo pierdo de vista, las palabras que no dije me queman y se pierden a los 20 segundos.

Hago llamadas de SOS a Jerez y me cortan, el móvil me avisa que también se cansó de esperarme .Llegada a Alcalá y con mi último suspiro corro para tomar el bus, se acabó la batería del móvil y la mía. La radio me escupe muertos de amor de George Mosutaky y no tengo fuerzas para pegarle un tiro, me quedé sin balas. Me llaman para saber si estoy bien… a la primera miento, a la segundo digo que no lo estoy. Se queda mi pena para otro día, para otro momento, para un mail que nunca llegará, para otro rato que habrá de inventar. Se rompió la oportunidad porque parece que mi pena también sabe esperar. Afortunada soy pues tengo sobresaliente en esto de esperar.

Llamo a mi oasis y me espera, me imagino en el sofá enredada en su abrazo y me enfría la distancia. Pienso que es buena época para visitar la Patagonia, me hielo con el Perito Moreno y prometo ir de nuevo a Argentina. Aún me queman los tangos del mediodía.
Aseguro que iré a Jerez en Noviembre, dejo pendiente Tenerife para Diciembre.

Y acabo la noche aquí en mi Faro, escucho en un rincón del alma y Mº Dolores Pradera rompe lo que queda de mí. Sí, me parece mentira , como bien dice ella, que después de haber querido yo, como he querido , me parece mentira, encontrarme tan sola como me encuentro yo hoy. El segundero avisa, menos de 5 horas para levantarse, me sostiene la certeza que mañana todo esto serán unas palabras escritas en la pared del Faro, un día torcido. La fuerza estará mañana al amanecer, el ánimo también, y quizás un viejo bandoneón toque recordándome quien soy. Buenas noches Farolero y gracias por seguir manteniendo la luz que me ilumina.


PD.Bandoneón, toca otra vez sordo para romperme los tímpanos.




sábado, 25 de septiembre de 2010

Canas políticamente correctas.



Tengo un mechón de canas de número indefinido asentadas en un remolino a la izquierda de mi pelo, encima de la ceja. Uno de esos remolinos que vienen de serie al nacer y que la peluquera se empeña en llevar al lado contrario mientras ellos perseverantes regresan a su lugar al mismo tiempo que yo salgo por la puerta de la peluquería.

Yo no sé cuantas son ni me preocupo en contarlas. Las veo en el espejo al peinarme y las saludo cordialmente mientras me acuerdo del maldito duende que se dedica a pintarlas cada noche cuando me quedo dormida. Nunca supe hacer nada en mi colegio con el lápiz de color blanco, mientras él parece un especialista en trazar en las sombras una más, o dos, quién sabe, para que al día siguiente estén allí.
Es más, aún creo que el lápiz de ese tono venía en las cajas porque adornaba, o acaso sabes de alguien que pintaba blanco sobre blanco?

Observo que cuando la gente habla conmigo se fija en ese mechón blanco para acabar diciendo que ese corte de pelo me queda bien, que me hace interesante (antes no era interesante o es que ahora, cuando tengo cuatro o más canas sí me hacen cautivadora? ). Nadie se atreve a decirme poco más al respecto, salvo un osado que se atrevió a insinuar un leve parecido a cierto bicho peliculero llamado Gremlins o algo así. No recuerdo su nombre, lástima, nunca más supe de él.

Todos se quedan pensando en qué decir cuando es, sencillamente, unas cuantas canas en un pelo castaño.


Por mi parte me da reparo quitarme una con ese dicho que me salen siete más, y es que no estoy por la labor de quitarle trabajo al maldito enano nocturno que bastante mal están las cosas para dejar sin ocupación a alguien que la verdad, lo hace harto proporcionado. Por lo menos, esta que escribe está bastante satisfecha con la labor realizada, pues están todas juntitas y no deslucen.

Eso sí, pensé en pintarme el pelo de color indefinido pero no acerté con esa tonalidad.Busqué en la playa algún pigmento acorde con el blanco nieve pero no pasé de un beige que desentonaba con mi ánimo y lo descarté.

Finalmente decidí dejar trabajar al malvado retaco que se entretiene en mi cabello mientras lo imagino rompiéndose la cabeza para saber cual es el siguiente mechón a colorear. Entretanto, fantaseo con la próxima excusa que me pondrán, ensayo mi cara interesante y renuevo mi caja de colores, que nunca viene mal pintarse de cualquier color.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Recuerdos I




No es que viva una de recuerdos si no que ellos regresan de vez en cuando. Y es curioso porque no avisan. No envían esas cartas con acuse de recibo a las que me acostumbro malamente, si no que parpado y los encuentro.

Vienen envueltos en canciones que me llevan al Puerto, a Buenos Aires mientras me tomaba una Quilmes, mientras conducía en una gran avenida un día soleado camino del campo( sí , conduje en Buenos Aires), mientras cantaba al ladito mismo de Julieta Venegas Limón y Sal. Que no se pierda la clase ni siquiera allá al otro lado del mar, aún más si cabe.
Hace días un concurso de tangos me llevó a una esquina en la misma ciudad anterior; nunca vi balie más sensual, provocativo de todas sensaciones imaginables, me emocioné pensando en qué sé yo que se queda en mí, lloré y moví los pies bajo la mesa pensando en ser yo ella que se movía a ras del precipicio del placer insinuando todo y sin dejar de ver nada. Nunca vi, nunca volví a ver nada así hasta hoy ( sigo sin sentirlo y sin vivirlo, me espera Buenos Aires de nuevo) , y si escucho una nota de bandoleón agacho la cabeza esperando que me canten Garganta de Arena.

Otra canción me lleva al Puerto, a mi casa que compartía conmigo misma y a veces con la soledad. Y eso de compartir con una misma tiene su miga porque la soledad es la mejor amiga cuando se busca , y yo la buscaba. Me recuerda a noches de whisky y velas, a incienso y mucho a lágrimas que escondía en un pañuelito que desapareció quién sabe donde (por favor, no indicar si alguien lo sabe).

De mi casa de allá queda la sal de marisco y el frescor de un buen Tierra Blanca, el frenazo de la moto en la madrugada de las motos de Jeré, el color del cielo en un anochecer de tres mil en la Bahía,en Zahara, en ese Palmar que espero no descubran, la cerveza amarga cuando me dejaron esperando demasiado tiempo mientras se hablaba con otra, (dicho está que no se prometa lo que no se pueda cumplir por favor), muchas zambombás en Navidad siguiendo el imposible ritmo de palmas gitanas , catas y gusto de finos, amontillados y olorosos… también de vinagre., eso sí, seguimos en Jerez

Tres años después probar caracoles que me encantan, (ay, por qué me negué tanto), caballos al son de mi estado de ánimo y aquellos que lo cambiaban ( Pa, culpable eres de mucho de ello),pruebas de cocina para principiante de nunca Arguiñano pero sobrando gracias y formas , tardes de picnic en la playa saludando el verano en Marzo, risas y bailes en aquella alcazaba ( aún recuerdo a Catherine de un lado a otro de la pista bailando a REM en I´m Losing my religion).Por favor, sólo nosotras sabemos que nos “prestaron dos toallas de aquel 5 estrellas”

Clan Sibajas siempre ahí, siempre apoyando, decirme, aún está vivo mi naranjo, mi encina?? Joder (con perdón), que me da por llorar con estos recuerdos. Sigue viva mi imagen, mis risas, mis palabras? Quedé de alguna manera en vosotros? Se acuerda Salvi de una visita en carrito de golf a la bodega con mi cuñada? Verín puede acordarse de los colchones vendidos, de las penas desbordadas con tigo Pa?

Se acuerda la Narváez que tiene una hija perdida por Madrid? Que le confié mis penas un domingo en el Palmar pelando cebolla para una paella? Aún están sus palabras sabias en mi mente.

Te acuerda Pachi de Dos dedos, de comidas en el Bosque como si fuéramos ricas en euros, ( de lo demás nos sobra) de bailes como si nadie nos viera? Ay, que ahora me viene a la memoria la cena de gambas al ajillo porque nadie nos iba a besar y esa noche ligaste, te comiste un caramelo de melocotón para que no se notara y él era alérgico a esa fruta. Me tiraste del coche en la puerta de mi casa para irte con él. Trabajando en Sevilla, toda nuestra, descubriendo que los limones de Hotel Alfonso XIII eran de plástico (aún me cuesta creerlo). Noches con Antonio y niebla que aparecía de repente, copas en la cristalera al lado del río y palabras que se desgranaban. Qué fácil es hablar contigo! Cómo lo echo de menos! Cómo te extraño!!! Jaén y los tsunamis de olivos siempre se quedarán cortos.

Hoy vienen esos recuerdos a mi mente…Gilda supongo que la reina de la película. No duelen, pero sí hacen que se remueva algo dentro. Es mucho pedir que me esperáis un poco más? Mañana seguiré recordando……

PD. Se me queda corto esto para tantos recuerdos

PD1. Me matas por la foto, pero qué coño.... peor está la de rojo, consuélate

viernes, 27 de agosto de 2010

Compás de espera




Esta noche andaba yo revuelta por dentro y fuera a causa de una ola de calor del Sahara que se metió en Madrid a finales de un Agosto que ya presumía, más chula que un ocho, el principio del final del verano, o por lo menos , un respiro que me permitiera descansar sin esos sueños raros que tengo.
Así que bajé del Faro en uno de esos intentos heroicos para ver si llegaba hasta mí las canciones del maestro-poeta Sabina que actuaba a menos de 1000 metros y al que no fui por falta de parné.


La suerte quiso que me encontrara en pocos pasos una botellita sin mensaje y con un liquido con burbujas que decía algo así como “bebe de mí”, y como estaba una así como tonta pero sin el cómo, pues eché un buen trago para que aliviara mi dolor de ausencia, mi momento de aburrimiento, mi deseo de estar allí dónde no te imaginas. Las ganas hicieron, deduzco ahora sobria, que imaginé ese mensaje pues a la mañana siguiente me encontré con la misma botella y con una etiqueta bien clara de “no beber, puede producir sueños que se desean”.

En esas estaba yo, con mi frasco mágico de sueños en la mano, danzando en la arena y bebiendo de vez en cuando para que los sueños que deseaba se hicieran realidad, cuando.. zasss, de repente hallé una gran caracola y me dije: aquí está Sabina que me cantará algo al oído; obvio si lo estoy buscando y tengo una garrafa de sueños para mí sola. Ni una nota sonó, sólo una reprimenda del huésped de la concha que me incitaba a gritos que la dejara en su sitio.
La luna me incitó a seguir por la orilla del mar y bebí de nuevo deseando que cada ola fuera Sabina cantando algo que yo pudiera susurrar. El oleaje me empapó y me estampó de nueva en la orilla, sin Sabina, sin sueño deseado y tirando a croqueta marinera.

Decidí darle otro sorbo pensando en la definitiva y escuchar algo parecido a; Princesa, Así estoy sin ti, Pongamos que hablo de Madrid, Esa boca es mía, por ejemplo. Me di con la primera roca y salió un bicho que no supe reconocer protestando por despertarle de su modorra.

Me rendí y me di la vuelta al Faro cuando, sorpresa, una lámpara encontrada ahí, al alcance de la mano. Ay Dios que el brebaje de la leche era misterioso en verdad. Tuve problemas para no tirar la fascinante botella y frotar el candil al mismo tiempo mientras cantaba la canción más hermosa del mundo.

No era mi noche y un cangrejo rabioso bailó un par de fandangos sobre mi cara. Desesperada corrí hasta lugar seguro subiendo escaleras hasta lo alto del Faro, escaleras arriba con la garrafa del demonio en la mano (no me fueran a quitar los sueños) , sin resuello, sin preguntarme nada, me “sobraban los motivos”. No me miré al espejo, no pensé, no soñé, no imaginé, me acosté en la cama sobre el mando de la cadena de música y sin querer queriendo se puso en marcha.
Recuerdo que sonaba Y sin embargo te quiero, me acuerdo que abracé tu recuerdo y me dormí. Maldito botellín de sueños incumplidos,pero intactos.


Las últimas palabras que escuché fueron las de la canción, y sin embargo: te quiero

jueves, 29 de julio de 2010

Desde el Faro con amor



No sé cómo comenzar y mucho menos como seguir. Miro la luz del Faro, la veo dar vueltas como si nada, anunciando donde se encuentra, dónde está.

Miro de nuevo la luz que sirve de guía pensando que con eso de ser mi Faro servirá para encontrar el camino, mi camino .Las cosas no son tan fáciles, no son tan simples para la que apela siempre a ese poder.

Sé que quizás, o probablemente, no te sirvo de apoyo porque el mío propio se perdió en la última tormenta. No se cómo decirte que mi base se está tambaleando, que no hay norte que encuentre, me pierdo entre palabras y actos.

Hoy ha llegado la noche en que cualquier palabra hace daño, cualquier broma no se acepta como cual. Momento de medir las palabras cuando perdí el metro hace años, sin sistema decimal de referencia.
Es el día para buscar momentos, es la noche para que la palabra se confunda en satén.
Mientras esto pasa, la luz del Faro sigue alumbrando. Se mueve de un lado a otro.
Lo que en principio es para dar un punto de apoyo a marineros perdidos hoy se convierte en una búsqueda de ti. Al fin y al cabo el Faro sigue funcionando y es toda una hazaña. Esperanza. Si quieres tú , quiero yo.

Perdí la brújula y me quedé con tu reloj para llegar tarde ( me perdonas ?). Qué pena perder lo que tenemos por buscar una bitácora que nunca fue nuestra, porque nunca hemos seguido el norte, porque siempre hemos hecho nuestro camino.

Hoy lloraste y lloré. Esta noche no había carretera que no fuera la que me llevara a tu lado de nuevo. Esta madrugada me dueles porque no estás.

Quisiera decirte tantas y tantas cosas, contarte la película que no hemos visto, decirte que el mejor concierto es al que nunca he ido, comentarte que cada noche antes de dormir pienso en nuestra casa y tú tarareando, en la tarde que desnuda tocas a Marcello por ejemplo, a Bach, mientras cierro los ojos porque no puedo ver tanta belleza.

Quiero hablarte de lo que siento, lo que deseo, lo que quiero. Y quisiera que llegara a ti de alguna forma, de manera alguna mientras observo la luz esperando que lo envíe a ti.

Duele pensar cómo estás, duele saber que he sido yo quien lo dijo. Padezco tormento y no soy yo entera.

En fin, que como puedes ver, hasta esto me cuesta, pues desde que te conocí, las palabras se volvieron notas sin saber solfeo. Entiendo que ahora sí, porque llevo tu reloj y tus horas. Supongo que a veces fui demasiado grave cuando mi intención era ir piano, que no toco nada salvo una flauta por si suena, que me quedé sin oído salvo para escuchar tus palabras y susurros. Lamento no tocar lo que deseas, pero me esmero es aprender la canción aún más bonita que decía Sabina para cantártela.

Quieres componer esa canción a mi lado?




lunes, 12 de julio de 2010

La España Mundial



Un mes ha sido de Mundial, un mes donde las banderas de España colgaban de balcones y terrazas, donde las camisetas rojas se llevaban sin vergüenza, como debe ser.

Un mes donde nos pintábamos la cara de rojo y amarillo y no pasaba nada, éramos españoles, somos españoles, allí y aquí.

He visto como lloraban, gritaban, se emocionaban. He llorado, me he emocionado, he gritado. He notado como se ignoraba la crisis que ha dejado de existir un mes para ser un país que vibraba en rojo y amarillo.

Para la mayoría de este país nos daba igual el lugar de procedencia de jugadores, unos de allí, otros de allá, España representada por pequeños pueblos dónde algunos jugadores dieron las primeras patadas en campos de arena sin pintura.

Debe ser que eso de romper España a base de líneas absurdas es cosa de políticos, porque este país ha demostrado que estamos unidos, debe ser que una ha vivido fuera de esta piel de toro para saber apreciar lo que se tiene, para que la bandera no sea un signo de ser facha sino un orgullo que se lleva allá donde vayas, para tener cierta envidia cuando en otros países se le tiene esa admiración a su bandera, a eso que aquí sólo se saca del armario en mundiales y si ganan todos quieren hacerla suya en diversos colores que no son rojo y amarillo.

Hoy lo he visto celebrarlo en los puntos más diversos del planeta, desde Japón donde amanece hasta Kuala Lumpur, Mozambique, Alabama, Frankfurt…. Y todos con la banderita españolita.

Me pregunto si no tendría que ser siempre Mundial de Fútbol para que nos sintiéramos españoles de verdad, para lo que llevamos dentro y no nos atrevemos a sacar aflorara sin reproches. Me pregunto hasta cuándo durará la fiebre de banderas y camisetas.

Hoy mi felicitación y agradecimiento a todos los que llevaron la camiseta y jugaron por ella regalándonos la ilusión que un día se perdió.

Que mañana no se hable de otra cosa, y que pasado mañana pueda ver una bandera en un balcón, un españolito de a pie con nuestra camiseta, un niño jugando en el parque recordando el gol de Iniesta… y sobre todo, Que Viva España Coño!!!

lunes, 28 de junio de 2010

Farolero imaginando




Y es que una padece de imaginación suprema que no tiene remedio conocido por mucho médico eminente que se ponga por delante.
Y es que aún no se ha escrito (ni prescrito), receta para que la fantasía se ponga a practicar kitesurf aprovechando los vientos de levante en la playa de Tarifa.

Y como yo soy como soy yo,(es decir, más yo) pienso que esta noche salgo de trabajar y llego a casa .Que estás esperándome en la puerta tras una tarde tranquila para irnos a tomar algo en una de esas famosas y ocultas terrazas de verano que pueblan Madrid a la espera de clientes ansiosos de noche, luna y copas.

La ilusión me lleva a pensar que te cuento mi día de trabajo donde me encuentro ahora y que estoy de guardia fines de semana mientras nos reímos de las anécdotas. Entre cerveza y cerveza, entre patatas fritas y panchitos te suelto un te quiero .Tu contestas un también que me sabe a poco y una invitación a cenar.

Yo sigo creando que la cena es para dos sin invitados y que tras una de esas copas que saboreo en tu boca regresamos a casa. Manos entrelazadas, miradas que hablan, besos sin esconderse, palabras que resbalan por la comisura de tus labios y llegan a mi cuello bajando por el atajo creado para tí entre mis pechos.

Mano en la espalda que avisa que va a bajar hasta donde me permitas. Otro beso, otra mirada, mañana no hay reloj con bomba que avise que hay que trabajar. Mañana tu piel y la mía anunciarán que es la hora de amar con un ligero toque de amanecer y un aroma a café tardío.

Siento que la llegada a casa juntas es la búsqueda de lo deseado, es apretar el tiempo contra la pared mientras te beso, mientras me ayudas a desnudarte, son dos bolsos en el suelo, es un suspiro para llegar a nuestra cama , un gemido que me anima, una palabra que rueda por mi cintura.

Me descubro abrazada a ti toda una noche, sintiéndote, amándote. No quiero moverme por si te vas, quizás sea uno de esos sueños que tengo a menudo.

Sabes que soy de imaginar y de decírtelo. Sé que no quiero médico que me cure, curandero que recete noches de insomnio, doctor que indique revolución, facultativo en prácticas de amor. Tampoco cirujano de corazones o graduado en fórmulas de siempre quizás.

Imagino que esa es mi vida y lo que quiero. Por eso sigo siendo aprendiz de todo, incluso de Farolero. No busco a nadie que quiera imaginar conmigo pues ya lo tengo, busco la manera de dejar presentir para vivirlo.




jueves, 17 de junio de 2010

Regresando



Hoy regreso al Faro con las manos en los bolsillos que no tiene mi vaquero, con la cabeza mirando al frente y dando patadas a las pequeñas piedras que hay en la playa. Voy a tientas buscándolas y cuando las encuentro las lanzo allá lejos moviendo el cuerpo entero.

Esta noche me retiro con palabras sin pronunciar y con otras desparramadas entre tus besos torpemente, con la sensación que algo faltó y con las ganas de tener un poco más, sólo una pizca más.

No me preguntes que es lo que no tuve cuando me diste todo, melancólica que se pone una cuando no tiene bolsillos propios ni ajenos dónde meter lo que deseo. La noche a veces te traiciona y te hace añorar lo que nunca has tenido pero no por ello dejas de anhelar.

Puede ser que esta noche al volver la playa se haya hecho un poco más larga o quizás, lo más seguro, estoy andando más despacio, más torpemente mientras me imagino que llegas un poquito antes que atraque en la puerta de mi Faro.

No es que sea amplia la playa, no más que anoche de verdad, te lo aseguro, es simplemente que en este momento se ha llenado de ganas, más hagas de lo normal, ganas de que la cruces a mi lado. Shissss…

Sí, hoy regreso sin bolsillos porque creo que no los necesito, esta noche vuelvo a casa mirando el cielo claro, ya sin nubes, haciendo que despido de mi playa esos guijarros que la adornan aunque sólo los cambio de sitio.

Hoy la playa parece más amplia, hoy aparenta el camino más espacioso y aún así, no dejo de caminar. Eso sí, esta noche aprovecharé que la senda parece, sólo parece, un poco más larga para abrir mis brazos ya que carezco de bolsillos y bailar, bailar como si nadie me viera, aprovechar el momento, la noche en calma, la arena de la playa.

Esta sensación que produce tu ausencia la voy a exprimir recorriendo cada rincón de la orilla con mis brazos extendidos en la noche abrazando el aire que respiro, saboreando la sal de mis labios mientras canto a pleno pulmón esa canción que nadie sabe mejor que yo.

Esta noche acabaré sobre la arena exhausta mientras me río mirando una luna que imagino, mientras cuento las veces que se unen estrellas y olas. Esta noche te añoro pero no por ello es más largo el camino a mi Faro.

Alzo la vista y lo encuentro en el mismo lugar que ayer, esta noche su luz es más fuerte y segura. Esta noche también te espero.

domingo, 30 de mayo de 2010

Carta al Faro



Siente. Ríe. Vuelve a sentir, habla, di lo que tienes adentro, no lo dejes en el interior que necesitas ese espacio para otras cosas, repítelo si no te entienden, escríbelo aquí, en el cielo, en un mensaje, en un mail. En una carta de las de antes que llevan tu carácter en el color que elijas con sello oficial. No esperes contestación.

Sonríe, anda, mira al cielo y agradece a quién quieras allá arriba que el nombre da igual. Agradece. Levántate pronto para ver amanecer, deja un momento para observar un anochecer cualquiera que te haga sentir especial. Gasta el día y la noche. Agradece.

Vuelve a sentir, emociónate, disfruta de lo que ves, abre los ojos, mira, observa, escucha, repite ese te amo cuantas veces quieras y necesites. No hagas caso de lo que digan. Cultiva hectáreas con la palabra gracias y el sentimiento de un lo siento, riega con sonrisas todo los días la vida de los que tienes al lado y la tuya propia.

Aprende a decir NO y practícalo cuando eso es lo que deseas, sueña con lo que anhelas y hazlo realidad en tu cabeza antes de dormir. Toca, besa, acaricia, piérdete sin tener en cuenta el día de la semana en el cuerpo que te vuelve loca.

Abandónate a los brazos que te sostienen, esos que son cálidos y que te reciben sin preguntar que pasa, que no cuestionan nada , que rodean la pena y la alegría sin distinción.

Llora, desahógate, llena el vaso de agua con sal y lo viertes al mar que pertenece. Anda descalza por la arena de la orilla de paso dejando tus zapatos en las rocas.

Di cómo te sientes, lo que te molesta. Escucha y habla. Regala palabras y silencio, déjate ayudar y apoya. Baila como si nadie te viera, canta tu propia canción.

Ríete de ti y bromea con tu sombra, goza de las comidas como si fuera el mejor manjar del mundo. Vuelve a decir un te quiero aunque digan que se sabe pese a que no se diga… repítelo, insiste.

Cáete mil veces y levántate mil una, disfruta de tu viaje en la noria: si estás arriba mira el paisaje, si estás abajo piensa como subir. Utiliza la soledad para estar contigo y hazte su amiga , alíñala con lectura o buena música. Vuelve a emocionarte. Agradece sin parar todo lo que tienes, lo que eres, lo que vives, lo que sientes.

No te lo digo a ti, me lo digo a mi misma todos los días para dejar de sobrevivir y comenzar a vivir. Va en correo ordinario y como destinatario mi Faro .Va compulsado con sello de ilusión y agradecimiento. Va con matasellos de esperanza y fuerza. Va con la luz para que siga iluminando y no deje se ser Farolero.

domingo, 9 de mayo de 2010

Contando compases




Esta noche estoy escuchando a Marcello y me pregunto, (siempre la misma pregunta), cuando es el momento, cuál es el preciso momento en que entras a tocar. Creo que mientras más me explicas, menos me entero.

No sé muy bien como es eso de ir contando compases cuando yo cuento lo que puedo y me cuesta, porque ya se sabe que las matemáticas y yo no congeniamos ni de lejos, eso sí, salvo el uno más uno que esta vez no resulta dos, sino uno bien juntito.

Total, que mientras escucho violines y violas, me dedico a contar para saber cuando leches tiene que entrar el oboe. Y cuando lo hace me quedo sin respiración porque lo hace con tanto ímpetu que me ahogo .Intento tocar con mi boca algo que mi mente sabe a la perfección pero esto va tan rápido que aún no he abierto la boca para meter la caña cuando está acabando el movimiento.

De todos modos sé que cuento algún ritmo, alguna medida, alguna pauta, no sé, algo que no sea número y que se quede en palabra que se me da mejor para que de alguna manera se acerque donde estás. Naufragué en un Re menor mientras te pensaba que se repetía una y otra vez sin que me atreviera a abrir la boca.


Cuando Marcello acabó Vivaldi se metió en mi cabeza con un minueto en Do mayor que me relajó algo más. Comencé de nuevo a contar y en el minuto 1:25 ya tenía varias ovejitas porque de nuevo los compases se me perdieron y me oprimía el pecho de tanto soplar.

Apretaba, apretaba, pero de mi boca no salía ni una sola nota que no fuera un te quiero todo desordenado a la espera que lo descifraras. Joer , que complicado me parece todo esto cuando lo más sencillo es mirarte a los ojos y dejar que hable mi mirada, cuando lo más simple es utilizar la palabra para decirte que te amo mientras tus dedos, que son los que saben, se mueven entre Fa, Re, Allegros, D minor y tantas, tantas notas y tantos movimientos a los que yo me entrego.

Como me cansé de tanto soplar y ya me dolían hasta los mofletes de la cantidad de soplidos para buscar la melodía perfecta, busqué la nana impecable para perderme en nuestros sueños y entregarme a tus brazos porque desde hace tiempo los de Morfeo no surten efecto.

Antes de acostarme esta noche me llevo metido en mi pijama cosido a trocitos de ambas el susurro de tu voz, una canción tarareada, un te quiero que rebota en cada poro de mi piel. Y mientras te escucho, mientras te recuerdo y vivo como la mejor nana posible, sigo componiendo la melodía que me gustaría regalarte para que el día menos pensado logre hacerte sentir lo que tú consigues.

martes, 13 de abril de 2010

Suspiros por una caricia



Por un beso, por…..


Suspiros por lo que deseas y te falta en algunas ocasiones, suspiros cuando lo tienes, cuando lo deseado está frente a ti y tienes tanto miedo que no sabes si tomar lo que se te da por temor a que se vaya en el mismo instante en que lo recibes.

Suspiros al estar cerca y al alejarte. Gemidos de ausencia, jadeos de presencia que arde. Hoguera de anhelos que abrasan la yema de los dedos dejándolos sin sentido y perdidos sin saber donde ir, donde colocarse, que lugar ocupar en todo tu cuerpo disponible, prohibido a veces.

Soplos de aire que me invaden con tu presencia, aire que renueva cada poro de mi piel y se transforma en yo misma desnudándome de vestiduras y disfraces varios.

Aire, necesito más aire. Me ahogo en cada beso, en cada caricia. Me oprime tu mirada, me aprieta cada contacto, me aprisiona libre de cadenas cada roce consciente o casual. Me atrapas con mapa de salida que tiro sin mirar. No quiero saber el camino de la huida si éste no acaba en tus brazos.

Me libera una simple ojeada de soslayo, un roce casual de tus dedos que ponen en marcha la estación de todas las energías conocidas. Caminito con retorno al punto de origen que son tus labios y vuelta a empezar.

Me pierdo y me encuentro en el mismo momento en que me sorprendes con la palabra precisa, con la mirada concreta, con la caricia certera, con la sonrisa acertada.

Enredo de mimos en el que tengo prohibido escapar por religión marcada a fuego de tu amor y por mi voluntad de no dejarlo escapar. Costuras de mi cuerpo buscando su hilo conductor.

Visión pícara del capítulo siguiente y vuelta a empezar en esta maraña de deseos en la que sólo tú y yo conocemos el punto de partida mientras buscamos el de salida en este viaje de dos. Y más suspiros.

martes, 16 de marzo de 2010

Escupiendo palabras





Por decir algo claro, que una lo intenta y no salen. Y no será que no tengo, pues en mí hay miles y miles de palabras que quieren salir de alguna manera y en estos momentos no hay manera.

A veces se quedan en mi estómago cubiertas en alguna sustancia que aún desconozco y no logran subir a la garganta, se quedan en el pecho. Y se juntan con las del torso que se empeñan en quedarse al principio en la parte central del corazón para despistarme , luego de lado a lado quedando éste en mi espalda de tanto rodeo. Esto era al inicio, porque al final no sé dónde está el corazón y me lío entre tórax y espalda. Me quedo de canto.


Si tengo suerte y algunas se atreven a quedarse en la laringe o faringe, que para el caso es igual dada la poca distancia existente entre ambas, se forma un abismo en el que las cobardes palabras no se aventuran a saltar y regresan al fondo de alguna parte de mi que me empeño en cultivar. Sospecho que los nudos que se me forman tienen algo que ver en todo esto, nudos que me ahogan muchas veces.

Las que pasean por la mente se suelen perder entre tanto pensamiento, porque me ha dado por cavilar en el no sé qué, que tampoco de eso entiendo porque se juntan demasiados términos sin final. Toda una paradoja.

Algunas veces, sólo algunas, pasan por mi cerebro una retahíla que me gustaría plasmar en miles de colores de diversas tonalidades si cabe. Luego, cuando me dispongo a recogerlas en forma de letras en el ordenador, se difuminan y desaparecen dejando una hoja en blanco que me asfixia.

Confieso que tengo palabras pendientes en la yema de los dedos que no encuentran otra manera mejor para escapar que acariciando mientras espero que quién las recibe se lleve también las palabras calladas que claman por dejar la cárcel a base de poros y piel en la que se encuentran.

Varias deambulan por mis pupilas haciendo señales cromáticas cada vez que me miras y se convierten en multitud de arco iris para trazar cada letra que forme la deseada. Sin querer admito que muchas de ellas se fugan en forma de lágrimas al amparo de una luna nueva como esta noche. Sin querer queriendo, que hasta ellas tienen vida propia cuando menos lo espero,y se diluyen en gotas sin apenas tiempo para atraparlas en mi mejilla.

Una o dos se esconden en mis puños apretados y demasiadas son ya las descritas.


Cuantiosas son las palabras que de una puñetera vez me gustaría vomitar para quedarme más tranquila. Hacer más espacio para tener aún más palabras que decirte y que no se queden en mí. Tiempo al tiempo.

viernes, 12 de febrero de 2010

364 días aprendiendo a decir te amo





Se acerca San Valentín, ay perdón, que hoy puede ser San Valentín. Se acerca la fecha en que los enamorados se dicen te quiero, te amo. Se acerca el momento para que las rosas se paguen a precios desorbitados, para cenas románticas con recetas sacadas de páginas de Internet llenas de corazones rojos, más rojo aún que el propio rojo, y ositos de peluche con los más variados mensajes.

Deslumbran los besos con carmín escarlata pegados a la pantalla de un ordenador, los pétalos que caen en postales desde portales virtuales que venden cada ocasión a celebrar.

Se aproxima la fecha, ay perdón, quizás hoy es el día, en que disparamos nuestros “te amo” con flechas púrpuras y dirección única al corazón de la persona amada. Trescientos sesenta y cuatro días parece que estamos practicando esas palabras para que un día, un solo día, todo nuestro amor, todo nuestro romanticismo salga a flote.

Y yo reivindico los trescientos sesenta y cuatro días restantes para que no se nos olviden esas palabras. Reclamo la libertad para preparar mis cenas románticas cualquier noche que me apetezca, para llenar la habitación de velitas sin quemar las cortinas, para enviar varios ramos de flores a precio de uno de San, San Valentín comercial, para cerrar restaurantes con ambas, para alquilar avionetas que siembren el cielo con te quieros que tarden días y días en borrarse, eso sí, siempre y cuando disponga del dineral para pagarlo.

Yo pido estampar mis labios en el espejo donde se mira mi amor todas la mañanas acompañada de un post-it donde le digo “te amo”, hacer mi propia tarjeta para desearle un buen día con recortes de fotos nuestras, con hilos de colores alegres.

Yo requiero mi derecho para hacer un camino de pétalos con miles de flores desde la puerta de casa hasta donde me encuentro para que mi amor me encuentre cualquier lunes del año que no sea San Valentín. A susurrarle una canción bien cerquita en cualquier parque que no tenga el nombre de ese santo, a inventarme miradas tiernas con mensajes reales.

Quiero hacer lo que deseo cuando quiera, sea el santo que sea. Por qué no probar una cena romántica el 15 de Febrero? Por qué no decir lo que se siente el 17 de Mayo?

Yo quiero que todos los días sean San Valentín, que nadie me lo imponga. Porque mi necesidad de decir te amo no tiene día, no tiene fecha, ni momento. Sólo el instante, el impulso de decirlo. Feliz San Valentín, ayer, hoy y mañana mi vida.

Ahhh, ¿pero era hoy San Valentín?? O mejor dicho, ¿cúando quieres tú que sea San Valentín bendito?

sábado, 30 de enero de 2010

Te quiero a reventar




Esta noche cuando regresé a casa mi sobrino Álvaro estaba aquí para dormir con nosotros. Tiene 8 añitos, unos ojazos que te pierden y una sonrisa que te desarma.

Estaba ya tan agotado que había que llevarlo a la cama, pero como le tiene miedo al no sé qué (¿de qué se tiene miedo a los 8 años?), hay que acompañarlo a la camita.

Así que me ofrecí y en la cama de 90 me acosté de canto a su lado mientras él intentaba no cerrar los ojitos.
En un impulso de esos que no sé de dónde salen se dio la vuelta y se me quedó mirando de frente mientras me decía: “Tía, te quiero tanto que te reviento”.Su sonrisa deslumbraba y parecía que la luna que hay fuera se metiera entre los dos. Le pregunté que quería decir con eso, que si me iba a reventar de verdad de la verdadera. y esperé.

De nuevo su contestación simple me dejó sin palabras: “No, reventarte no, pero si te abrazo todo lo que te quiero te desintegrarías porque sería demasiado fuerte”.Me regaló otro te quiero mientras luchaba contra sus párpados. Su mano reposó en mi mejilla, sus piernas encima de una de las mías.

Y así sonriendo, se durmió en menos de cinco minutos. Al sexto abrió los ojos para comprobar que aún estaba a su lado. Y sí que estaba allí, con la ternura de su mano en mi mejilla, con su cara a mi lado, con mi cabeza pensando en qué fácil es hacer feliz a alguien.

Tan simple como una caricia, una sonrisa. Pensé en lo feliz que se es cuando alguien a quién quieres comparte, aunque sea de canto tu cama, la cama de un día, de una noche y pone su mano en la mejilla. Cuando te sonríen y la luna se mete entre las sábanas.

Cuando, simplemente, te dicen que te quieren a reventar. Y tú no sabes que contestar porque se ahogan las palabras en la emoción y te quedas con cara de tonta. Eso sí, una tonta que quieren a reventar. Todo un lujo, un privilegio.

lunes, 25 de enero de 2010

Arañar las paredes


Arañar las paredes con las uñas hacía arriba. Arañar las paredes con las uñas para arriba, arañar las paredes con las uñas hacía arriba.

Hace años que escuché esta expresión de mi amiga Pachi. Arañar las paredes de esta manera significaba más dolor, más desesperación. Me hizo gracia hasta que lo descubrí en mi primera ruptura sentimental seria .De aquella me quedé con las paredes de mi casa hechas jirones por dónde entraba un frío invernal en pleno mes octubre.

Tras ese episodio regresé a Madrid al nido familiar dónde creí que los muros eran más fuertes y duros. Ni mijita, pues de alguna manera y tras andar de aquí para allá, volvieron a salir grietas y regresó el frío en pleno verano.

Ni siquiera eso me hizo pensar mucho más en esa expresión andaluza que no dejaba de ser algo gracioso y tuve que irme al norte para quedarme sin uñas, sin paredes y sin lugar para arañar ya con la yema de los dedos. Y mira que era pizarra y piedra. Se quedó todo en humo de brasero casero con mala combustión de un carbón ficticio.

Esta noche en la que me crecen de nuevo las pezuñas y por supuesto las paredes que una se crea para que no le hagan daño, me siento optimista pensando que al fin y al cabo escarbo hacía arriba. Qué carajo, que de todo hay que sacar lo bueno. Habrá alguien que haga caer esos muros que yo estoy levantando a fuerza de lágrimas.

Aunque quizás, si fuera al contrario, un pozo de petróleo me estuviera esperando. Quién sabe. Antes aprendiz de pantera acelerada por la sabana y ahora gatita aspirante a principiante.Ayy...

Por lo pronto, hasta que pase un poco de tiempo no rasco nada, que estoy a la espera de saber si aún queda la capacidad de rasgar ese trocito absurdo e inútil que se te presenta a veces en la vida para mandarlo bastante lejos de mi .

Y mientras eso ocurre, espero sentada porque quizás San Martín llegue y se lleve un cerdo más con él. Es que yo no lo quiero. Es que ya tengo que hablar claro, que para eso éste es mi blog. Es que los sueños me atormentan, es que me canso que esta historia no acabe, es que así es imposible que una se cure.

FIN. SE ACABÓ SEÑOR MÍO.

jueves, 7 de enero de 2010

Reyes Ilusionistas




Noche de Reyes Magos que llegan en camellos de jorobas que hacen daño. Noche de Reyes brujos que se burlan de quién espera con sus zapatos bien limpios, porque a pesar de la edad aún una sigue con la ilusión que llegarán dejando algo al lado de mi calzado reluciente.

Noche fue y bien larga, que los esperé hasta las siete de la madrugada. Pero como vivo en un lugar bien distinto, éstos no llegaron hasta el día siguiente por la tarde. Me venció el sueño y finalmente me quedé con la imagen de mi infancia, de mis regalos, de los tres vasos de leche vacíos, de aquellos polvorones que se comían mientras yo esperaba mis regalos.

Me quedé estos Reyes con mi Nancy nueva en mi reminiscencia, en un juego de bolos con cabeza de conejito, en una foto en blanco y negro entre la nieve donde no me reconozco.

Noche de Reyes Ilusionistas que anunció por activa y pasiva las campanas de la iglesia cada 15 minutos. Cohetes y tracas siguieron para decirme que venían, que llegaban.

Yo en la calle con la lista de regalos, uno solo, uno bien claro y preciso: que me llevaran con ellos, que me saquen de este laberinto. Me daba igual si tenía que subir con escalera a una de las corcovas de sus camellos, si tenía que saltar a caballo e ir agarradita a la cintura de cualquiera Rey Mago. La cuestión era verlos, y que me regalaran lo que había pedido.

Noche de Reyes Nigromantes que tan bien lo hicieron que ni los vi ni me concedieron lo que pedí porque sigo aquí viendo como comienza a nevar.

Reyes Hechiceros que se burlan hoy de mí para dejarme como estaba ayer y antes de ayer. Ya no vale limpiar los zapatos, ya no vale tener ilusión, ni la carta, ni el mail, ni el msn por el móvil.

Noche de Reyes Brujos, que lo que ayer no me dejaron, seguro que lo traerán esta noche que comienza a nevar. O la noche siguiente. O la de mañana, quién sabe. Qué sé.

Noche de Reyes a secas hoy y siempre, pues sigo teniendo la esperanza y la ilusión. Y eso es lo que me salva.