
Y es que una padece de imaginación suprema que no tiene remedio conocido por mucho médico eminente que se ponga por delante.
Y es que aún no se ha escrito (ni prescrito), receta para que la fantasía se ponga a practicar kitesurf aprovechando los vientos de levante en la playa de Tarifa.
Y como yo soy como soy yo,(es decir, más yo) pienso que esta noche salgo de trabajar y llego a casa .Que estás esperándome en la puerta tras una tarde tranquila para irnos a tomar algo en una de esas famosas y ocultas terrazas de verano que pueblan Madrid a la espera de clientes ansiosos de noche, luna y copas.
La ilusión me lleva a pensar que te cuento mi día de trabajo donde me encuentro ahora y que estoy de guardia fines de semana mientras nos reímos de las anécdotas. Entre cerveza y cerveza, entre patatas fritas y panchitos te suelto un te quiero .Tu contestas un también que me sabe a poco y una invitación a cenar.
Yo sigo creando que la cena es para dos sin invitados y que tras una de esas copas que saboreo en tu boca regresamos a casa. Manos entrelazadas, miradas que hablan, besos sin esconderse, palabras que resbalan por la comisura de tus labios y llegan a mi cuello bajando por el atajo creado para tí entre mis pechos.
Mano en la espalda que avisa que va a bajar hasta donde me permitas. Otro beso, otra mirada, mañana no hay reloj con bomba que avise que hay que trabajar. Mañana tu piel y la mía anunciarán que es la hora de amar con un ligero toque de amanecer y un aroma a café tardío.
Siento que la llegada a casa juntas es la búsqueda de lo deseado, es apretar el tiempo contra la pared mientras te beso, mientras me ayudas a desnudarte, son dos bolsos en el suelo, es un suspiro para llegar a nuestra cama , un gemido que me anima, una palabra que rueda por mi cintura.
Me descubro abrazada a ti toda una noche, sintiéndote, amándote. No quiero moverme por si te vas, quizás sea uno de esos sueños que tengo a menudo.
Sabes que soy de imaginar y de decírtelo. Sé que no quiero médico que me cure, curandero que recete noches de insomnio, doctor que indique revolución, facultativo en prácticas de amor. Tampoco cirujano de corazones o graduado en fórmulas de siempre quizás.
Imagino que esa es mi vida y lo que quiero. Por eso sigo siendo aprendiz de todo, incluso de Farolero. No busco a nadie que quiera imaginar conmigo pues ya lo tengo, busco la manera de dejar presentir para vivirlo.