"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


jueves, 25 de junio de 2009

La Guardiana del Faro




“Puedes viajar por el mundo, pero lo que importa es tu paisaje interior”


Y el mío está cambiando, y esta vez sé que es la correcta.


Decía el Farolero que apagaba y encendía el Farol de su Planeta porque era la consigna. No había otra explicación, era la consigna. ¿Es la consigna adecuada?


Yo, que no intento encender ningún farol, salvo el mío, y ya es bastante, he descubierto que mi consigna estaba equivocada. O quizás sea mejor decir, que la consigna cambia dependiendo de aspectos externos y sobre todo internos. Cuando una se da cuenta que ha seguido la consigna errónea tiene dos opciones: cambiarla y cambiarse.


Hoy comienzo a cambiar consignas, a cambiar las combinaciones de cajas de seguridad que fui yo quien cerró con composiciones absurdas de números y letras manteniendo recuerdos que son sólo eso, recuerdos.


Hoy busco la luz del Farol, sabiendo que si está apagado, seré yo quien deba buscar la manera de encenderlo.


Faros, fareros, faroles y faroleros. Siempre han guiado para que podamos llegar a nuestra meta, nuestra consigna en la vida .En cada tormenta el marinero busca la luz de ese Faro que le ayude a regresar a tierra, a ponerse a salvo. Siempre encendido, siempre alerta.


Soy yo quien busca ahora el faro, la luz. Y quien la encuentra.


Marinera con camiseta a rayas blancas y azules en pie sobre cubierta, orgullosa.


Soy yo, y nadie más, quién comienza a navegar hacía la orilla. Y hoy es un buen día para comenzar.


Hola, soy la guardiana del faro.


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