"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


jueves, 23 de julio de 2009

Un reloj sin hora


Tengo un reloj nuevo al que se le paró la hora esta tarde si enterarme yo de este acontecimiento tan singular.

Nunca he creído mucho en esto del tiempo, salvo que es relativo, (supongo que por quedar bien) y ahora me encuentro con un tic tac en mi muñeca derecha que no es mío.

¿Qué hago yo con este reloj que no me pertenece? Lo normal sería devolverlo, pero, ¿cómo repongo el tiempo que no está? Ay Dios, vaya dilema que tengo.

Si intento acordarme de lo que he hecho hoy, seguro que puedo ponerlo en su sitio y de puntillas restablecer todo a su dueña.

Veamos, esta mañana estuve viendo una exposición, pero el problema es que confundo colores, títulos de cuadros y dibujos de Matisse . Caray , ¿ y qué hora era esa en la que me perdía entre miradas, desnudos y odaliscas? No lo sé, ¿tenía ya el reloj en mi poder?

Recuerdo que me preguntó la hora y miré directamente mi teléfono móvil, pues cómo hace años que voy con las manos vacías de tiempo, nunca miro allí dónde se supone que debe estar.

Deduzco que para entonces el tiempo se había parado, pues es seguro que él recordaba que entre mis dedos puede escaparse sin traba alguna por mi parte.

Después, dando un paseo aparecí en un restaurante italiano donde el vino fue la excusa para trastornar mis sentidos mientras disfrutaba de la compañía. Recuerdo que entonces algo dorado ya estaba en mi muñeca, pero el tiempo seguía sin aparecer.

Cómo no cuento minutos, no sólo el sol me acompañó mientras tomaba un whisky entre butacas azul turquesa y velas encendidas.


Y de nuevo sin saber que llevaba ese tiempo que no era mío.

¿Me convertí en ladrona de un tiempo que no me pertenece?. No, no… ese tiempo fue compartido, pero la cuestión es saber cómo y cuándo se esfumó exactamente.¿Es realmente ese el tema?

Cuando el día ya se estaba retirando yo hice lo mismo, eso sí con pena, para dirigirme luego sola a casa. Ni siquiera en ese momento fui consciente de lo que traía conmigo.

Instantes después me indagó la hora y giré mi brazo: eureka, allí estaba!!!!. Entonces me di cuenta que si estaba su reloj, sin embargo, el tiempo debió correr al mismo lugar donde están ahora mis pensamientos.

Aún no sé como entregarle ninguna de las dos cosas.


1 comentario:

  1. Guardiana, no creo que usurpes maliciosamente el Tiempo. Tan ingrávido, tan impalpable como es. Sin embargo reconozcamos que la compañía perfecta hace que el Tiempo mude raudamente y se de a la fuga. ¿Lo tendrá ella, tu cómplice, en su bolsillo derecho?.

    La Maga.

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