"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda."
Antoine de Saint-Exupéry


jueves, 16 de diciembre de 2010

Desenredando


Hay tantos nudos ahora mismo en mi vida que tengo la sensación de pasarme los ratos entre nudo y nudo, entre cuerda y cuerda por lo que siento a veces que se me pegan en el cuello y no quieren salir de él. Lo tengo acostumbrado de tantas veces que me he sentido colgada de una esperanza, de una ilusión, de una espera de algo (no se qué) que llega tarde o en su tiempo, que nunca ha llegado o ha venido a partes.

De la misma manera que tengo la marca en el cuello que ya no disimulo, tengo el angelillo que tiene una súper navaja que la corta en el instante justo en que ya no aguanto más.Cosas de tener suerte sin saberlo pero apreciando el detalle una otra vez.

Llueve de nuevo y como siempre ando sin paraguas y sin lugar donde resguardarme.

Me niego a refugiarme en la viga que alguien puso encima mi cabeza sin consultarme esperando que amaine la tormenta perfecta que se ha desencadenado hoy. Soy la mejor de los capitanes conocidos para pasarla por el centro y sanar los daños que ha dejado a su paso. Hoy me han dicho que no sirvo para eso de abrazar y así terminar esa tormenta y ese golpe de mar ha dado en pleno punto de flotación.

Reconozco que caí al fondo porque sabía donde golpear y aún así me recompuse entre lágrimas para destejer un nudo más sabiendo que otro quedaba en la bodega de este barco cansado de tantas batallas.

Confieso que no duermo intentando quitar cada nudo, cada lazo agarrado a las variadas nueces que ya tengo prendidas en verde esperanza en el gaznate mientras escribo en ese trozo de madera mi nombre y mis esperanzas. Admito que tengo los dedos en carne viva por cada intento de quitar esta atadura dejándome la piel en hebras con sabor a culpabilidad que me hacen vomitar palabras envueltas en verdad. Contradicción pura que envuelve la lazada.

Finalmente sale la maga sin trucos, sin mangas y sin lugar donde esconder ases para encontrar detrás de la oreja la llave que abra el candado de tanta cadena que me aprisiona y comienza a subir entre burbujas de auxilio.

Otra especialidad que me apunto mientras sigo desenredando nudos, mientras no pierdo la vista la viga, mientras coso con esa cuerda mi propio camino, mientras con cada hilo tejo mi propia salida.

2 comentarios:

  1. A veces esos nudos no se pueden quitar a solas, nesitando una mano amiga que, al menos, sujete la cuerda mientras tú deshaces el nudo. Esa mano seguro que está deseando ayudarte.
    Un abrazo, amistoso y cariñoso.

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